Después de meses de plazo para que la brasileña Odebrecht presente un nuevo inversionista para cederle su participación en el Consorcio Navelena, a la compañía de ingeniería se le agotó el tiempo. Y al parecer no encontró quien asuma esa responsabilidad.Desde hace varias semanas se venía rumorando sobre el interés de algunas compañías internacionales de quedarse con el 87 % que tiene Odebrecht en Navelena. Primero se mencionó que estaban interesadas 16 firmas nacionales y extranjeras, pero después de una depuración quedaron pocas compañías con opciones. Entre ellas Promotora de Desarrollo de América Latina (Ideal) y FCC Américas, ambas de propiedad del millonario mexicano Carlos Slim, que habrían firmado un memorando de entendimiento en ese sentido.Le recomendamos: Las grandes dudas sobre el contrato del río MagdalenaDespués se dijo que el banco de inversión Goldman Sachs respaldaría el proyecto. Posteriormente se informó que lo haría el banco japonés Sumitomo. Pero hace unos días este declinó su participación. Y otro nombre que surgió fue el de la multinacional China Power, que es la última esperanza de Cormagdalena para que el proyecto siga adelante y no sufra grandes retrasos.Pues bien, este miércoles se informará si China Power se quedará con una participación en el consorcio, o como las demás compañías, declinará de participar ante los escándalos de sobornos que envuelven a la compañía brasileña, que la tienen en el ojo del huracán en Colombia y varios países de América Latina.Si no acepta, Cormagdalena tendrá que decidir si caduca o liquida el contrato, con lo cual debe iniciar un nuevo proceso de licitación, que sin duda implicará más demoras en la terminación de las obras.Puede leer: Bula vs. Martorelli: alguien le miente a la justiciaEste sería un nuevo problema para el Gobierno en el sector de infraestructura si se tiene en cuenta que el contrato de la Ruta del Sol 2, donde también está como inversionista Odebrecht, se canceló y ahora la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) debe abrir una nueva licitación. A estos dos ‘chicharrones’ le corresponde encontrarles una solución al presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade, que está al frente de Cormagdalena, de manera provisional.Pero abrir una nueva licitación implicaría una demora de más de un año mientras se adjudica a un nuevo consorcio. Por lo pronto, para no afectar el proyecto, se continuarán algunas obras de dragado en el río.Cabe señalar que la navegabilidad del río Magdalena en un proyecto que lleva décadas de espera y que comenzó a materializarse en 2014 cuando se adjudicó el contrato a Navelena integrado por Odebrecht y por la firma barranquillera Valorcon de la familia Gerlein.Le recomendamos: Proyecto del río Magdalena se queda sin quien lo financieEl contrato comprendía obras de dragado y encauzamiento de orillas en más de 600 kilómetros del río para permitir el paso de barcazas para el transporte de mercancías. El valor de la inversión es de 2,5 billones de pesos. Pero ahora, se le agregaría un nuevo elemento de incertidumbre a un contrato sobre el que también tiene la lupa puesta la Fiscalía General de la Nación para detectar si en su adjudicación hubo o no sobornos.Precisamente, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez ,anunció la visita de Galo Chiriboga, su homólogo en Ecuador, con quien acordarán mecanismos de cooperación para determinar qué pasó en la adjudicación de las obras para la recuperación del río Magdalena.Le puede interesar: Así nació (y crece) el escándalo Odebrecht en BrasilSegún Martínez, se busca establecer si existe alguna relación con esta adjudición y la entrega de las obras para la construcción del metro en Quito. Las pistas apuntan a que habría un pacto para que la firma española Acciona se retirara de la puja en Colombia por la licitación del Magdalena a cambio de que Odebrecht vinculara a Acciona para participar juntos en la licitación para la construcción de la Línea 1 del Metro de Quito.Al final las dos compañías salieron vencedoras en Ecuador y en Colombia. Pero esta fue una victoria temporal ya que Odebrecht tendrá que salir del proyecto dejando a la nación embarcada en un gran problema económico y de infraestructura.