Mientras las calles siguen siendo el foco de inseguridad en Colombia, el crimen no solamente se limita a lo que sucede fuera de casa o de manera física, sino que también siguen incrementando las amenazas cibernéticas en el país. Las autoridades acaban de reportar un llamativo caso relacionado a tal aspecto.
Lo que sucedió es que un hombre identificado como Rubén Darío Ocaña Rubio fue imputado por haber sido el presunto autor material de los delitos de estafa agravada en modalidad masa en concurso con abuso de confianza.
Y es que un fiscal local de la unidad de Hurto y Estafas logró procesar su captura después de que se avalara el material probatorio recogido en la investigación en su contra.
Algunas de las pruebas fueron las 13 denuncias presentadas, pues se hacía pasar como un funcionario de las oficinas de recursos humanos adscritas a la gobernación de Nariño, la alcaldía de Pasto, la Secretaría de Salud, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la Dian, entre otras entidades, a nombre de las cuales realizaba falsos procesos de selección.
Presentándose como parte de tales dependencias públicas, ofreció contratos laborales a algunos.
Su manera de proceder después de haber hecho la supuesta oferta de empleo se basaba en contactar a las víctimas para realizar visitas domiciliarias o verificar la información de la hoja de vida. Entrando en confianza con los afectados, les pedía los celulares o los computadores para instalar aplicaciones que supuestamente necesitarían en los trabajos que creían estar recibiendo.
“Además, les solicitaba dinero en efectivo para adquirir uniformes de dotación de las entidades que las contratarían. Posteriormente, se trasladaba en su motocicleta con algunas de las víctimas hasta sedes de hospitales, centros de salud y las empresas del estado que las contratarían. Una vez allí, les manifestaba que debía ingresar por otra puerta alterna para evitar malos entendidos con los empleados y huía con las pertenencias entregadas por los posibles contratistas”, indica la Fiscalía sobre el proceder malicioso del detenido.
De esta manera, la justicia logró establecer que sus víctimas eran principalmente mujeres desempleadas con edades entre los 20 y 40 años de edad, quienes contaban con alguna atención en la atención al cliente.
Así las cosas, se emitió una orden de captura en noviembre de 2022 y un juez dictaminó medida de aseguramiento en establecimiento carcelario para él.
Que no lo roben: pilas con el ‘modus operandi’ de esta estafa y suplantación en redes sociales y WhatsApp
Aunque las redes sociales son un medio para estar en contacto con sus allegados, familiares o amigos para acortar distancias, muchos usuarios están siendo blanco de la ciberdelincuencia. Tal es el caso de nuestro denunciante.
“Saludos a la distancia, ¿cómo estás?, déjame tu número y te hablo de mi WhatsApp”, así fue el mensaje que recibió la víctima de un intento de estafa a través de un perfil falso de Facebook que tenía todos los datos claves y fotos de una de sus amigas. Los ciberdelincuentes al parecer “hicieron la tarea completa” para suplantarla.
Ante este mensaje, él pensó que estaba hablando realmente con su amiga, por lo que accedió a darle su número de contacto de WhatsApp. Allí comenzó el spam de mensajes para intentar convencerlo de que sirviera como receptor de una supuesta encomienda que se encontraba en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá.
Haciéndose pasar aún por su amiga, y valiéndose de temas puntuales, como supuestos códigos de seguridad del aeropuerto, el paso siguiente fue pedirle su dirección, foto de su cédula y un número de teléfono para validar la entrega. No obstante, él se percató de que algo no estaba bien y decidió dar unos datos falsos para saber hasta dónde llegarían los delincuentes.
Pasaron las horas y ya todo estaba acordado para que llegara la supuesta encomienda de Estados Unidos a la falsa dirección, los estafadores estaban contactando al denunciante como ‘Avianca Express (Aerovías de Colombia S.A. De CV)’. Allí le dieron a conocer que ya no era una encomienda familiar, sino comercial y debía consignar $1.975.000 como pago de una multa a una cuenta de ahorros de una persona determinada.
Aunque él no accedió a consignar ningún dinero y contactó a su supuesta amiga en WhatsApp, ella le envió un pantallazo de una supuesta consignación por 600 dólares, la cual se vería reflejada al otro día, pidiéndole que le “ayudara a conseguir el dinero” ese mismo día para que él pagara la multa en Colombia antes de las 2:00 p. m., de lo contrario sería procesado judicialmente como destinatario “por evasión de impuestos y contrabando”.
“Te pueden embargar todos tus bienes y pueden congelar todas tus cuentas bancarias. Este proceso judicial dura hasta 12 meses en solucionar el problema”, dice parte de los mensajes de WhatsApp que recibió.