Hace apenas dos años y medio, Olga Lucía Velásquez decidió lanzarse a la aventura de conseguir votos. Después de que varios políticos liberales, encabezados por Simón Gaviria y Juan Fernando Cristo, la convencieron de lanzarse a la Cámara de Representantes, se entrenó para pasar del lenguaje especializado del Power Point a las arengas. Para ello, contó con el apoyo del publicista Germán Medina, quien la convenció de usar el lema ‘Bogotá merece más’, con el cual ganó con 23.591 votos.Pocos se explicaron cómo una mujer reconocida como técnica logró de primerazo obtener la primera votación liberal a la Cámara. Al fin y al cabo, carecía de las tres condiciones que en Colombia garantizan carreras políticas meteóricas: apellidos, plata y clientelas. Frente a sus apellidos –Velásquez Nieto–, Olga Lucía insiste en que estos no llevan la política en la sangre y que son comunes en Villavicencio, en donde nació hace 43 años. De allí viajó muy joven a Bogotá, donde logró una beca para graduarse como ingeniera industrial.Sus compañeros de bancada creen que la disciplina es la clave del éxito político de la representante, quien lleva casi 20 años trabajando en temas de Bogotá. Comenzó como jefe de Planeación del Hospital de Fontibón durante la primera Alcaldía de Peñalosa y posteriormente fue trasladada al Hospital de Suba. Ahí conoció a Mercedes del Carmen Ríos, quien durante el periodo de Lucho Garzón fue alcaldesa local y, durante el de Samuel Moreno, secretaria de Integración Social. En ese cargo, Ríos se llevó a Velásquez como subsecretaria, y le presentó a Samuel Moreno. “Desmiento a quienes aseguran que yo soy cuota de los Moreno”, señala cuando se le pregunta sobre su relación con la familia del exalcalde, que muchos califican de cercana.Si algo sabe Olga Lucía Velásquez es encontrarse en el momento preciso con las personas indicadas. Cuando Clara López renunció a la Secretaría de Gobierno para ser fórmula vicepresidencial de Petro, Moreno decidió que ella la reemplazaría. Velásquez, quien en los hospitales ya se había relacionado con asociaciones de usuarios y comunidades, comenzó a establecer contacto con los 20 alcaldes locales y 181 ediles de Bogotá.Destituido Moreno, Clara López, como alcaldesa encargada, le aceptó la renuncia. Y entonces se dedicó a las asesorías. Entre otras personas, conoció a Venerando Lamelas, presidente del proyecto de la torre BD Bacatá, quien en poco tiempo comenzó a tomar decisiones apoyándose en la asesoría de la exfuncionaria distrital y luego aportó a su campaña.Hubo otra figura clave en la posterior candidatura de Velásquez: Juan Fernando Cristo. El entonces senador la buscó para ser la fórmula de la campaña de su hermano Andrés al Senado. Este último fue el segundo liberal más votado después de Horacio Serpa y Olga Lucía arrasó en la Cámara por Bogotá.La fuerza electoral de Velásquez la llevó a tener un papel protagónico en la segunda vuelta presidencial de 2014 y, un año después, en la campaña de Rafael Pardo a la Alcaldía. Ya como representante, en esa campaña Olga Lucía se echó al hombro la búsqueda de votos en el noroccidente de la ciudad. “En sus reuniones llenaba salones enteros de líderes comunales”, afirma el representante Andrés Villamizar, gerente de la campaña.En el Congreso es difícil encontrar una voz que dude de su espíritu técnico. Políticos de todas las vertientes le reconocen la capacidad de tratar todos los temas. Pero también hay consenso sobre su capacidad política. Varios congresistas y concejales de Bogotá le dijeron a SEMANA que ella ejerce una gran influencia sobre la oficina de Talento Humano en el Distrito y que tuvo una enorme incidencia en el proceso de selección de alcaldías locales realizado por el actual secretario de gobierno, el también liberal Miguel Uribe. “En las alcaldías locales mi papel fue preparar algunos candidatos para exponer sus ideas ante los ediles. Tendí puentes, pero no tengo la capacidad de imponer a ninguno. Eso es un mito urbano”, dice.El poder que está alcanzando Velásquez en Bogotá y en el Partido Liberal, llevó a que hace poco esta colectividad la eligiera presidenta del directorio capitalino. Con esa decisión le hizo un reconocimiento a su poder en la capital y la posicionó aún más para llegar a la presidencia de la Cámara en la próxima legislatura. Olga Lucía Velásquez tiene muchas posibilidades de alcanzarla, para lo cual deberá competir con dos curtidos representantes de su partido: Miguel Ángel Pinto y Édgar Gómez. Pero quienes la conocen creen que no le quedará difícil ganar. En los dos años que lleva en la carrera electoral, ha sorprendido a muchos. Incluso a ella misma. “Me descubrí como política”, dice.