El Ministro de Salud, Alejandro Gaviría, no está sólo en su lucha por declarar el Glivec -un medicamento para tratar el cáncer- de interés público. Este jueves, justo cuando se volvía a calentar la batalla jurídica que libra el jefe de la cartera con la multinacional suiza Novartis, recibió un contundente espaldarazo.La ONU tomó partido en la puja, y a través de un reporte que entregó el Panel de Alto Nivel sobre Acceso a Medicamentos de la Secretaría General de Naciones Unidas reconoció los esfuerzos que viene haciendo Gaviria para mejorar la calidad de vida de los enfermos y regular el alto costo del medicamento.En el informé que se conoció este jueves, los copresidentes detallan que se enteraron de los pasos que viene dando el país por cuenta de las cartas enviadas tanto por la oficina en Colombia como por grupos de la sociedad civil que los pusieron al tanto del tema.Aunque el organismo internacional resalta la labor y pone a Colombia como ejemplo, no pasa por alto las turbulencias políticas que acarrea la decisión. Esto, por cuenta de las presiones de sectores de Estados Unidos para que el país no regule el precio del medicamento.Según se conoció en el mes de mayo, memorandos elaborados por la embajada de Colombia en Washington que fueron filtrados describen una intensa presión desde la industria farmacéutica y el Congreso de ese país para que el plan no avanzara más.En uno de los documentos, la embajada adviertía que romper la patente de Novartis podría afectar el apoyo de Estados Unidos a la propuesta de Colombia de unirse al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, e incluso poner en riesgo los 450 millones de dólares que el país recibe de Washington para apoyar un acuerdo de paz.Ante estas presiones, el informe publicado por la ONU recomienda castigar a los países que hagan “amenazas de retaliaciones contra países que usan o pretenden usar las flexibilidades del acuerdo sobre los ADPIC -Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio-". Y reafirma esa idea al sugerir a "la Organización Mundial del Comercio que tome las medidas punitivas necesarias e inmediatas contra estas violaciones”, según se lee en el reporte.Y es que amparado en la necesidad de "preservar ahorros en el sistema de salud", el ministro Alejandro Gaviria tomó en junió una histórica decisión: emitió la resolución que hacía falta para declarar al Glivec –cuyo compuesto activo es el imatinib- de "interés público".Con la declaratoria quedó resuelta la puja que libraba el jefe de la cartera con la multinacional suiza Novartis, que desde el 2012 conserva los derechos de la patente, para bajar el precio del medicamento con el que se trata la leucemia mieloide crónica y otros tipos de cáncer.Así las cosas, la empresa farmacéutica conservará su producción exclusiva, pero perderá el poder que tenía para fijar su costo. Será ahora la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos la que defina el nuevo valor.Incluso, este miércoles el ministro Gaviria dijo: "Procederemos sin demora a la fijación de precio con una reducción de algo más del 45 % frente a lo que pagaba el sistema de salud". Acto seguido, Novartis sentenció que "cuando un país cambia arbitrariamente sus reglas, modifica acuerdos y compromisos, erosiona la certeza y la confianza que las compañías internacionales necesitan para invertir".Y es que Naciones Unidas se ha convertido en el principal aliado del Ministerio de Salud para dar esta batalla. El debate ganó un vocero inesperado que ha logrado conmover y dar credibilidad a la necesidad de que se revisen los precios de los medicamentos. Se trata de Todd Howland, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia. El diplomático tiene leucemia desde hace seis años y toma Glivec.La visibilidad y la autoridad moral que tiene Howland para poder hablar del tema le ha abierto puertas en Estados Unidos. Según le contó a SEMANA en una reciente entrevista, el pasado mes de mayo leyó sorprendido un artículo de The Huffington Post que señalaba que congresistas norteamericanos estaban presionando para condicionar la ayuda que da ese gobierno al proceso de paz a que Colombia no bajara el precio de Glivec.“Pensé ¿este es mi país? ¡Esa medicina es crítica para la vida de miles de personas con esa enfermedad!”, le dijo Howland a SEMANA. El diplomático contestó en ese mismo portal con otra columna a favor abiertamente de la lucha que estaba dando el Gobierno colombiano. También envió una carta al ministro Alejandro Gaviria felicitándolo por su trabajo en esa materia.El debate sobre el precio de Glivec se vive alrededor del mundo. La principal razón es que es el único medicamento que funciona para tratar cierto tipo de leucemias. El problema es que el valor comercial asciende a 100.000 dólares anuales, algo impagable para el sistema de salud colombiano.Hay tres escenarios posibles para los países. Hay unos como Estados Unidos que pagan el valor completo con los sistemas de seguros en salud. Otros gobiernos como Canadá y Reino Unido han negociado con Novartis por este y otros productos similares para tener un valor menor. Y otros países, como Sudáfrica, India y Brasil, nunca llegaron a un acuerdo con Novartis y decidieron producir genéricos, que valen menos del 10 % que Glivec.