La edad de Tantor es aproximada, no existe un registro de su ingreso al país, ni de su procedencia. Cuando fue decomisado de la hacienda Veracruz, perteneciente los hermanos Ochoa Vásquez, durante un proceso de extinción de dominio que tuvo lugar en 1991, se calculó que podía tener alrededor de 26 años; pero no se trata de un cómputo exacto.
Lo que sí se sabe es que era uno de los atractivos del zoológico privado de los hermanos narcotraficantes, en el que convivió con otras especies silvestres, tales como jirafas, rinocerontes, gacelas y jaguares en una extensión de más de dos mil hectáreas.A diferencia de lo que sucedía en la hacienda Napoles de Pablo Escobar, la finca ubicada en el corregimiento de de Rotinet, Repelón, a orillas de la laguna del Guájaro en el departamento del Atlántico, no tenía acceso al público para ver a los animales. Era uno de los juguetes privados de los hermanos Ochoa.
Desde que fue decomisado por la Dirección Nacional de Estupefacientes, el elefante africano de 5 toneladas se convirtió en uno de los animales favoritos de los turistas que visitan el zoológico de Barranquilla. Tanto, que fue elegido por sus admiradores como ‘alcalde de los animales‘ en 2005. Pero su vida no ha estado exenta de riesgos y problemas de salud. En 2012 fue operado una primera vez del colmillo derecho por una fractura y los veterinarios que practicaron el procedimiento en ese entonces fueron los doctores Barron Hall y Carlos Sánchez, odontólogos-veterinarios que llegaron de Washington y de Houston para retirar la materia infectada del conducto dental.
A partir de ese momento, el veterinario del zoológico, Henrique Riva, y su equipo de veterinarios, tuvieron controlada la infección con tratamiento tópico y limpiezas diarias. Pero no podían darle antibióticos de manera permanente porque afectaba su digestión y podría crear otro tipo de inconvenientes a su salud.Así que la infección era algo que molestaba constantemente a Tantor, el único animal con nombre en este zoológico que ya cumplió 64 años de servicio, en el que viven 122 especies entre nativas y de otras regiones, como leones, cebras y mandriles. Entre todas suman poco más de 600 animales.
Nuevamente, hace poco más de dos años se le fracturó el colmillo izquierdo y la herida se le infectó. Sin embargo, en esta ocasión la operación tardó más de dos años porque había que aplicarle anestesia general y la etorphina es un opioide controlado difícil de importar. Eso hizo que los trámites para su importación demoraran y se cumplieran finalmente los requisitos en septiembre, cuando se pudo comenzar a planear la intervención de hoy sábado 11 de noviembre.La cirugíaDesde que se dieron cuenta de la fractura del colmillo izquierdo, los cuidadores del zoológico pensaron en operarlo, pero la cirugía tenía sus riesgos. Era una intervención tan poco frecuente que se trató de la segunda de este tipo en Latinoamérica. La primera fue la que se le practicó a Tantor anteriormente.
Por eso es que el equipo de veterinarios que lo operó estuvo encabezado por los odontólogos Barron Hall -quien tiene su clínica en Washington y es consultor del Smithsonian’s National Zoological- y Carlos Sánchez -especialista en anestesia de fauna silvestre, quien trabaja con el con el zoológico de Fort Worth en Texas. Además, tuvieron la ayuda de dos odontólogos de personas, la doctora Ana María Erazo y el doctor William González, quienes colaboran permanentemente con el zoológico de Barranquilla.El mayor riesgo estaba en la anestesia. Como se trata de un animal que pesa más de cinco toneladas, la dosis tenía que ser alta, pero la etorphina es una sustancia tan poderosa que una gota en la mucosa de un ser humano puede producir un paro respiratorio en un minuto.
Para poder realizar esta operación, dice el doctor Carlos Sánchez, "se requiere una planeación adecuada y el tiempo de anestesia es vital, porque entre más tiempo pase el animal acostado, hay peligro de que no se pueda levantar".
La cirugía exigía detalles tales como la posición precisa en la que tenía que caer Tantor para que el colmillo que le iban a operar quedara al aire y no hacia abajo, sobre la tierra. Mientras que en caso contrario, se tenía prevista una grúa para cambiarlo de posición. También fue necesario traer de Estados Unidos un tubo endotraqueal de más de dos metros para mantenerlo ventilado y tener sincronizado a un equipo humano de más de 25 personas suministrando el apoyo para que todo saliera bien.
Finalmente, pasadas las once de la mañana, Tantor comenzó a barritar. En esta ocasión parece que el posoperatorio no será tan complicado, ya que ahora se le podrá administrar antibiótico en caso de infección, pero los veterinarios esperan no tener que llegar a ese extremo. Después de dos días de ayuno, finalmente Tantor podrá volver a disfrutar su ración diaria de 70 mazos de pasto que pesan 180 kilos, 100 kilos de frutas y verduras –entre otras- guineo verde, zanahoria, cocos, 20 kilos de concentrados y más o menos mil litros de agua.