El pasado viernes 19 de marzo, un baldado de agua fría sorprendió a miles de personas que se dirigían a Ibagué dispuestos a disfrutar de tres días de un cartel con artistas de lujo en el Jamming Festival.
A pocas horas de dar inicio al evento, los organizadores y la Alcaldía de Ibagué dieron a conocer, a través de sus redes sociales, que el evento no se llevaría a cabo por “motivos de fuerza mayor”.
La cancelación generó más preguntas que respuestas; quienes compraron la boleta no entendían qué iba a pasar, cientos de comerciantes se mostraron confundidos porque contaban con productos listos para tener un buen fin de semana en ventas y quienes se encargaron del montaje sufrían los ataques de los enfurecidos espectadores.
A pesar de todo, el concierto finalmente no se realizó y los organizadores solo se habían comunicado con los usuarios a través de las redes sociales, asegurando que el dinero se regresaría en un poco más de un año.
Sin embargo, en entrevista con Noticias RCN, Luis Alberto Casallas, organizador del evento, decidió romper el silencio y dar más razones por las cuales se canceló el concierto.
Primero que todo, Casallas afirmó que: “nosotros no somos ladrones, nosotros no somos estafadores”, comenzó diciendo, luego aseguró que lo que ellos no querían era ver sus “conciencias manchadas de sangre”.
Igualmente, añadió que lo que ellos como organizadores pretendían era que el Jamming Festival fuera un evento ‘familiar’ al cual asistieran abuelos, padres y niños.
Además, agregó que el festival estaba montado en un 95 % para poder comenzar y que todos los artistas estaban pagos, así como los proveedores.
“Ningún artista se sube a tarima hasta que no tenga los recursos en sus cuentas. Todos esos artistas estaban pagos, venían al festival”, dijo en la entrevista al canal.
Sin embargo, aseguró que desde hace varios meses venían recibiendo amenazas de quienes no estaban de acuerdo con que se agregaran nuevos géneros y artistas al festival.
“Nos decían que el Jamming había perdido su esencia, nos están robando, nos están estafando, vamos a protestar en el festival”, explicó el empresario.
En este sentido, y teniendo en cuenta que querían que fuera un festival familiar, decidieron cancelar y evitar cualquier tipo de incidente durante el evento.
“Tengo en mi retina las protestas de hace un año, como esa protesta dejó de ser pacífica en nuestro país, me dio miedo que eso pudiera pasar en nuestro festival. A la opinión pública quiero decirle que primó la experiencia. No quería tener la conciencia manchada con sangre, no quería que la gente dijera que en ese festival murió alguien”, dijo Casallas en la entrevista en RCN.
Además, añadió que poco a poco se fueron bajando algunos artistas al evento. Según él, algunos no quisieron venir sin dar mayores explicaciones, otros no pudieron ingresar por no tener todas las dosis de las vacunas de la covid-19, lo que fue materializando la cancelación.
El organizador también se refirió a los daños causados durante las protestas que se realizaron en Casa Babylon y en el mismo escenario donde se iba a realizar el evento. Sobre el tema aseguró que “nada justifica la violencia” y que con destrozos y daños materiales no se repara a nadie y que todos los artistas y proveedores tienen los recursos. “Tenemos más de 28.000 millones de pesos invertidos ahí”, añadió.
Finalmente, Casallas aseguró que van a responderle a todos los compradores y que están dando la cara sin esconderse, ni desean ponerse en el papel de víctimas, como algunos han pensado, sino que van a devolver el dinero y cumplir con todas las obligaciones legales que acarrea la cancelación del evento.