Hace ocho años, el caleño Andrés Felipe Ballesteros Uribe se encuentra detenido en una cárcel de Tanzania, África, luego de ser acusado por un delito del que solo se tenía sospechas y al parecer se dio en un presunto caso de abuso de autoridad por parte de las autoridades de ese país, mientras adelantaba un viaje de turismo en este país.

La historia de este hombre de 36 años comenzó en agosto de 2014, en el aeropuerto de la capital tanzana, Dar es-Saalam (remanso de paz en español), donde fue detenido por supuestamente tratar de ingresar sobres ilegales. Según sus familiares, Ballesteros se fue allí para celebrar su cumpleaños número 28.

“Quería ir a conocer África. Quería conocer las islas paradisiacas de Tanzania, Zanzíbar y Mafia, en el océano Indico. En el aeropuerto, por ser connacional colombiano, tomaron una represaría con él y lo arrestaron por sospecha de ingresar sobres ilegales para ese país”, aseguró Juan Carlos Ballesteros, hermano mayor de Andrés.

Andrés Felipe fue llevado a una estación de policía; desconocía el idioma oficial suajili, por tanto, no podía entablar conversaciones para preguntar con exactitud qué estaba sucediendo y de qué lo estaban acusando. Al cabo de dos días lo recluyeron en la cárcel de Keko, una prisión que, de acuerdo con Juan Carlos, es infrahumana para los miles de reclusos que se encuentran privados de la libertad.

“Desde la cárcel de Keko, mi hermano se pudo comunicar conmigo a través de una llamada por celular. Me dice que él cree que es una cuestión de revisar documentos, y al final, termina envuelto en una situación de narcotráfico. De allí en adelante comienza toda esta pesadilla”, afirmó Juan Carlos.

Solo hasta mayo de 2015, Juan Carlos, quien reside actualmente en Costa Rica, pudo viajar a Dar es-Saalam, para conocer la realidad de lo que ocurría y de inmediato se puso en la tarea de buscar ayuda con las autoridades consulares y diplomáticas colombianas, pero no encontró apoyo ni respuestas.

Sin ninguna condena, Andrés Felipe Ballesteros cumplía cinco años privado de su libertad. Solo hasta 2019, los hermanos Ballesteros se pudieron reencontrar en la Alta Corte de Justicia, en Dar es-Saalam. Juan Carlos llevó camisetas estampadas con las fotos de sus familiares e hizo una videollamada a Colombia para mantener informados a sus padres, para conocer de primera mano la noticia de la libertad de Andrés.

“El juez Hon Matupa, declaró a mi hermano Andrés Felipe, libre, señalando que no había pruebas firmes. Pero, mi hermano, en ese momento conocía perfectamente el idioma, me dijo que algo malo estaba pasando y que lo van a recapturar; que apenas se ponga de pie irá de nuevo a prisión. Y así fue”, narró Juan Carlos.

Así las cosas y con intermediación de Andrés Giraldo, politólogo de la Universidad de los Andes, especialista en periodismo y tuitero (@El Antituiter) este caso fue llevado hasta el Gobierno Nacional, quien de inmediato se puso al frente del caso y, por medio de Vladimir Fernández, secretario Jurídico de la Presidencia de la República, se hicieron las gestiones respectivas ante el gobierno de Tanzania.

“Se elaboró un cronograma de trabajo, convocó reuniones y estableció metas específicas con los Ministerios de Justicia, de Relaciones Exteriores; con la Embajada de Colombia en Kenia (África) y con Juan Carlos, logrando el acuerdo entre ambos países para la repatriación de Andrés Felipe” dijo la Presidencia por medio de un comunicado.

El acuerdo consiste en que la familia Ballesteros Uribe debe pagar una multa de $120.000.000 de pesos. Luego de esto se iniciará el proceso de repatriación para que este hombre, de nacimiento y padre de Valentina, de 15 años, quien perdió a su madre Dorelcy Reyes –el pasado 2 de agosto a causa de un cáncer de hueso–, y Joseph Nikolay, de 8 años, a quien aún no ha conocido, pueda volver al país.

Mediante el numeral #AndrésRegresACasa familiares y amigos de Andrés Felipe iniciaron una colecta para que las personas interesadas en donar lo hagan por medio de consignaciones a la cuenta de ahorros Bancolombia 619-781635-80 que al momento ha reunido un poco más de 67 millones de pesos.

Incluso personajes como el niño Francisco Javier Vera, reconocido por sus lucha a favor del medioambiente en Colombia se han unido a esta iniciativa, destacando que “hay un compatriota que necesita del apoyo de todos los que podamos darle una mano. Está detenido de manera injusta y hoy está muy cerca de recuperar la libertad”.