Santiago Páez es un estudiante colombiano de 20 años que fue elegido este 19 de julio entre los 50 mejores estudiantes del mundo y participa por el ‘Global Student Prize 2023′, que entre estudiantes de todo el mundo elige al mejor y le entregará $100.000 dólares al estudiante ganador.
Al colombiano se le eligió entre 3.851 postulaciones de 122 países y también quedó como finalista al premio que Chegg.org lanzó en alianza con Fundación Varkey en 2021. Luego de elegir a los 50 mejores, escogerán a 10 finalistas, y la premiación se hace en un evento presencial con el ganador.
El premio reconoce los logros extraordinarios de los jóvenes y su impacto en la sociedad. Esta es la tercera edición, y está dirigido a estudiantes mayores de 16 años que estén inscriptos en una institución académica o en un programa de formación y en general.
Su historia
Santiago Páez estudia Licenciatura en Ciencias Naturales en la Universidad de La Sabana y su pasión es la astronomía. Su madre es la que se encargó de sacarlo adelante, y a sus 4 hermanos, con mucho esfuerzo en medio de las dificultades.
Su gusto por la astronomía nace en el colegio, por la influencia del “profe Vladimir Porto”, cuando cursaba 9°. “Descubro mi interés por el tema, sigo trabajando en él, decido abordarlo como mi proyecto profesional; espero continuar estudiando en astronomía y astrofísica, y desde ahí decidí que ese sería mi proyecto de vida y profesionalmente”, indicó en diálogo con SEMANA.
Santiago manifestó que la información llegó a los profesores en la “universidad y nos motivaron, a una compañera que trabaja con la fundación Varkey, entonces enviamos la postulación con el equipo y profesores”.
Su enfoque, según expresó a SEMANA, es la “educación científica de astronomía en espacios de festivales de Ciencia, colegios, centros comerciales, en los últimos cuatro años he participado en más de 40 eventos de desarrollo de habilidades de pensamiento científico, para resaltar experiencias y acciones de transformación”.
Recordó que su trayectoria se basa en la investigación en astronomía y astrofísica, y en varias iniciativas detrás de un objetivo que es aportar a la educación científica, experiencias de vida.
Afirmó, también, que estar entre los 50 finalistas le causó “mucha sorpresa, emoción y felicidad por todas las personas con las que he trabajado, no he sido únicamente yo. Hay profesores, el director del programa, compañeros, trabajo de los grupos que he podido liderar”.
Entonces es un “sentimiento de gratitud, porque gracias a ellos, tengo qué mostrar, lo que hemos hecho y haber hecho cosas interesantes que impactan la vida de las personas”.
Finalmente, Páez dijo a SEMANA que su objetivo es continuar en la investigación astronómica y astrofísica, así como desde la academia, seguir aportando para que las personas aprendan de ciencia, que abran su curiosidad, ya sea en las universidades, colegios o cualquier escenario en donde se pueda enseñar.
En la actualidad, se encuentra realizando su trabajo de grado sobre enseñanza de los exoplanetas en espacios como el Planetario de Bogotá y continúa realizando proyectos en ciencias, observaciones astronómicas y educación STEM para escuelas rurales.
Aunque parte de su familia ha tenido que migrar a otro país, se han encargado de apoyarlo siempre. Santiago será parte de la primera generación de su familia en graduarse de la universidad.
Por su parte, el director regional de Fundación Varkey para Latinoamérica, Agustín Porres, indicó que esta “historia podría representar la de muchos jóvenes de Colombia y la región, donde su propio potencial adquiere brillo gracias al apoyo de su familia y el impulso de grandes docentes.
“Y no solo vemos un desarrollo de talento personal, en su historia vemos claramente que si ellos, los estudiantes, tienen verdaderas oportunidades, ese potencial pasa a ser una oportunidad para toda la comunidad”, agrega.
Mientras que Heather Hatlo Porter, la directora de Chegg.org, afirmó que celebran “las infinitas posibilidades que existen cuando las mentes jóvenes están impulsadas por una pasión por el cambio. Los 50 finalistas merecen la oportunidad de que se cuenten sus historias y se escuchen sus voces. Sus sueños, sabiduría y espíritu inventivo iluminarán un futuro más esperanzador para todos”.