Óscar Iván Zuluaga, director del Centro Democrático y excandidato presidencial, no quiso referirse puntualmente sobre las declaraciones concedidas a SEMANA por Andrés Sepulveda, el hacker que hizo parte de su equipo de campaña. Pero, de forma general, no sólo las refutó al calificarlas de “falsas” sino que también dejó sobre la mesa la tesis de que su campaña fue infiltrada y, sin mencionar nombres propios, insinuó que detrás estaría el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Primero, Zuluaga dice que hay unas contradicciones entre las declaraciones de Sepúlveda con las que públicamente han hecho “dos de sus socios”. Zuluaga hacía referencia a la esposa del hacker, la actriz Lina Luna, y a Luis Carlos Sepúlveda, hermano del experto en informática. Y luego calificó de “entendible” que una persona como el hacker, a quien se le está ofreciendo el principio de oportunidad, “recurra a todo tipo de señalamientos que no correspondan a la realidad”. “Los hechos van demostrando lo que denunciamos en su momento, la infiltración de que fue objeto mi campaña”, dice Zuluaga. Para sustentar esa tesis de la infiltración, el excandidato presidencial asegura que Sepúlveda, en sus declaraciones a SEMANA, reconoce su relación con la Dirección Nacional de Inteligencia que reemplazó el antiguo DAS y fue creada durante el gobierno Santos. Y también recordó que el hacker trabajó con el asesor venezolano J. J. Rendón, quien estuvo en las dos campañas presidenciales de Juan Manuel Santos. Zuluaga también rechazó que el hacker pretenda ahora vincularlo a él y a su campaña con la fachada de inteligencia Andrómeda que es conocida por el propio gobierno y negó que haya recibido información producto de las actividades de inteligencia que allí se adelantaban y que estaban relacionadas con el proceso de paz de La Habana. “Nuestra campaña ni solicitó, ni preguntó, ni recibió información alguna en esa materia”, aclaró el excandidato presidencial. Según el jefe del Centro Democrático, las únicas consultas que se hicieron durante la campaña respecto a temas relacionados con las FARC eran sobre hechos que afectaban a la seguridad del país y que eran informaciones de conocimiento público. Durante la campaña, Luis Alfonso Hoyos, quien se desempeñaba como asesor espiritual, intentó llevar a los medios de comunicación información sobre presunta presión armada de la guerrilla a los electores. Zuluaga también calificó de falsa la versión de Sepúlveda sobre una presunta reunión con la hoy congresista María Fernanda Cabal. “Tal reunión nunca existió y muestra que lo que está diciendo Sepúlveda no corresponde a la realidad”. Para el Centro Democrático, el llamado ventilador del Sepúlveda no es más que una estrategia del gobierno para tapar otros hechos “de suma gravedad para el país”. Dice que uno de ellos es el envío de militares activos a dialogar en La Habana, lo cual calificó como un hecho de la mayor gravedad para la institucionalidad militar y para la seguridad nacional. Según él, todo esto es una cortina de humo para no responder ante el escándalo de los 12 millones de dólares que supuestamente habrían recibido dos asesores del gobierno, J. J. Rendón y Germán Chica, para ambientar una negociación con los confesos narcotraficantes conocidos como Los Comba. Por eso, para Zuluaga, “es muy coincidente que siempre que ocurren cualquier tipo de hechos se quiera sindicar al uribismo de todo este tipo de acciones”. Afirmó que estarán dispuestos a responder a todas las aclaraciones que pida la justicia y le pidió a la Fiscalía aclarar a la mayor brevedad este hecho, así como el de la supuesta infiltración a su campaña, tesis con la que hoy se defiende el uribismo.