"Hablar de posconflicto implica identificar cuáles serían los códigos, las claves, los protocolos y las acciones para blindar la construcción de paz de las garras de la corrupción", Sentenció el ministro consejero para el posconflicto, derechos humanos y seguridad, quien subrayó en el Foro 'Caribe Posconflicto: desafío de las regiones', organizado por la Federación Nacional de Departamentos, que sólo a través del fortalecimiento de la institucionalidad en los niveles nacional, regional y local, sumado a un modelo activo de participación ciudadana, será posible tener un posconflicto. La corrupción es quizás uno de los mayores males que afectan la institucionalidad, por lo que advirtió que ante la firma de un eventual acuerdo que encamine a la nación a la construcción de paz, se blindaría el proceso de la corrupción con una efectiva veeduría ciudadana y con la creación de alarmas institucionales. En el evento, en el que participaron más de 200 personas entre autoridades locales, regionales, líderes y estudiantes del Caribe, el ministro resaltó los retos que afronta el país en la etapa siguiente a la firma de un acuerdo que logre finalizar el conflicto: conceptualización política, capacidades y cultura institucional. "Una conceptualización política tiene como propósito que todos los colombianos sintamos que estamos incluidos y que no habrá visiones de la nueva Colombia en paz donde alguien esté por fuera. Cuando revisamos sabemos que tenemos tres capacidades que tenemos que garantizar: la planeación, la ejecución y la responsabilidad de cada ciudadano de transformar su propia realidad. Por último, una cultura institucional; con qué arquitectura institucional y con qué funcionarios asumiremos esta etapa". El también miembro plenipotenciario del Gobierno en la Mesa de Conversaciones en La Habana afirmó que la paz territorial, dimensión fundamental del posconflicto, no se limita a beneficiar solamente los territorios rurales en Colombia, sino que le apuesta a integrar lo rural y lo urbano.