A las 10 de la mañana del miércoles de Semana Santa la casa de la cultura de Corinto estaba a reventar. Decenas de indígenas de ese municipio y otros del norte del Cauca colmaban el sitio. La razón de esa congregación no tenía nada que ver con actos culturales o religiosos. Todos estaban allí porque querían ver y hablar con un inusual visitante que pocas horas antes había llegado: el vicepresidente de la república, general (r) Oscar Naranjo.En el pasado algunos funcionarios públicos habían estado en ese lugar. Pero generalmente por razones de orden público. Esta vez era diferente. No sólo porque se trataba del hombre más importante del país, después del presidente. Y adicionalmente porque la iniciativa de la reunión partió justamente de él.Puede leer: Así fue la primera semana del vicepresidenteEl objetivo de esa reunión tenía que ver con el interés de Naranjo de escuchar de viva voz y de primer mano a los líderes, representantes y a la comunidad indígena. Al comienzo hubo algo de prevención. Pero tras las palabras iniciales del Vice, que fue acompañado por la Consejera Presidencial de Derechos Humanos, Paula Gaviria, y el Viceministro del Interior, Guillermo Rivera, las cosas cambiaron y terminó en un diálogo fluido del que quedaron varias conclusiones.Los líderes y organizaciones indígenas le contaron al Vice su visión e inquietudes sobre el uso y tenencia de la tierra y las formas de convivencia interétnica. El tema de la sustitución del cultivos ilícitos y las economías locales surgió en el diálogo con Naranjo, quien les habló sobre los planes del gobierno. Muchas de las dudas que quedaron resueltas también giraron en torno a la implementación de los acuerdos de paz, con énfasis en seguridad, salud, medio ambiente y, especialmente en la protección de los líderes sociales, que es uno de los temas esenciales de su gestión, como lo ha dicho repetidamente Naranjo.Recomendamos: Óscar Naranjo, nuevo vicepresidente de la RepúblicaDurante toda la mañana y hasta pasado el medio día, el Vice escuchó y habló. Entre los compromisos adquiridos y que más valoraron los indígenas está el de tener con Naranjo un canal abierto y directo para tener un diálogo enfocado en la defensa de los derechos humanos y la construcción de la paz. La jornada terminó con una invitación a almorzar al vicepresidente con los líderes y autoridades locales.