El director de la Dijín, el general José Luis Ramírez, fue invitado por las autoridades de Estados Unidos a la lectura del fallo del sentido condenatorio de alias Otoniel, quien era el máximo jefe del Clan del Golfo, y que luego de su captura en Colombia fue extraditado.
El general Ramírez dijo que Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, ratificó su intención de colaborar con las autoridades colombianas. “Fuimos invitados precisamente a la lectura de la sentencia de Otoniel por parte de la DEA. Dentro de la audiencia, lo que el abogado de él manifestó es que efectivamente quería apoyar y entregar información a la justicia”.
Asimismo, dijo el general Ramírez, le envió un mensaje a los sucesores de Otoniel, como los alias Gonzalito y alias Chiquito Malo. “El mensaje fue muy claro, no solamente para el grupo armado organizado Autodefensas Gaitanista de Colombia, el sometimiento a la justicia para Chiquito Malo y Gonzalito”, añadió el alto mando.
Agregó que sobre el paradero de los sucesores de Otoniel hay pistas sólidas y que si no se someten a la justicia tendrán la mismas surte del excapo del narcotráfico, quien fue condenado a 45 años de prisión por delitos relacionados con el tráfico de cocaína. “Por supuesto que hay, estamos a través de la operación Cóndor, está liderada por la Dirección de Investigación Criminal, con todas las capacidades que tiene Dipol, que tiene Dicar, que tiene las diferentes direcciones operativas y esperamos poderles dar una información muy positiva muy pronto. (...) Van a correr la misma suerte Otoniel”.
Canciller Álvaro Leyva anunció que buscará el “mecanismo” para que alias Otoniel colabore con la justicia colombiana
Tras conocerse la carta que envió el exjefe del Clan del Golfo, alias Otoniel, al presidente de la República, Gustavo Petro, en la cual expresó su intención de colaborar con la justicia colombiana, el canciller Álvaro Leyva celebró la voluntad del señalado criminal y anunció que se buscarán los mecanismos para esa posibilidad.
El ministro de Relaciones Exteriores, admitió que no será “una tarea fácil” para encontrar la opción que permita la participación de alias Otoniel en los procesos que avanzan en el país.
“Pues sí, me parece maravilloso. Hay que buscar el mecanismo, que no es fácil. Pero es una voluntad clara de esclarecimiento, en un momento en que el país pide la verdad”, sostuvo Leyva.
Y agregó desde Brasil, en donde acompaña al presidente Gustavo Petro en la Cumbre del Amazonas: “Recibimos esas noticias, pues yo, con mucho optimismo y naturalmente es una necesidad conocer la verdad total. Realmente es una necesidad, como sé la verdad, total”.
El martes 8 de agosto, la justicia estadounidense confirmó que el narcotraficante colombiano Dairo Antonio Úsuga, más conocido con el alias de Otoniel, recibió una sentencia de 45 años tras las rejas. Hace siete meses se declaró culpable de tres cargos por tráfico de drogas.
La jueza Dora Irizarry, del Tribunal del Distrito Este de Nueva York, impuso la pena argumentando que este es, “sin duda, uno de los casos más graves en términos de actividad de narcotráfico” que ha instruido la corte y rechazó las disculpas que pidió el condenado, quien hizo un alegato a favor del fin del conflicto armado y una paz negociada.
No obstante, en las últimas horas se conoció que poco antes de recibir la condena en su contra, alias Otoniel le envió una carta al presidente Gustavo Petro y al canciller Álvaro Leyva, asegurando que está dispuesto a colaborar con la justicia en Colombia.
“Sigo con la firme intención de colaborar con la justicia de mi país para que la sociedad colombiana sepa la verdad del conflicto armado, para de alguna forma reparar a las víctimas del país”, señaló Úsuga.
El capturado capo del Clan del Golfo también se comprometió a entregar la verdad ante la justicia transicional, “para que por medio de la verdad pueda redimir y buscar el perdón por mi accionar y de esta forma brille la justicia y se pueda demostrar que el conflicto colombiano va más allá de lo que la sociedad y el mundo saben de él”.
Eso sí, insistió en que su condena se da tras haber sido extraditado de manera indebida, señalando que en este procedimiento le fueron vulnerados sus derechos, señalando como víctimas a las personas que pedían que continuara en Colombia para que pudiera revelar información importante ante la justicia del país.
La extradición de este hombre tuvo lugar el 4 de mayo de 2022. Ocho meses más tarde, el colombiano aceptó los cargos de empresa criminal continuada, conspiración para importar droga y tráfico marítimo de drogas. Este sujeto admitió haber enviado a Estados Unidos 96,8 toneladas de cocaína a través de Centroamérica y México.
Una vez conocido el veredicto, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, dijo en una nota que “el Departamento de Justicia encontrará y responsabilizará a los líderes de las letales organizaciones narcotraficantes que causan daño al pueblo estadounidense, sin importar dónde se encuentren y sin importar cuánto tiempo tome”.
En su momento, Otoniel también aceptó pagar 216 millones de dólares de indemnización y multas que podrían alcanzar los 22 millones de dólares. Una vez haya cumplido su ciclo carcelario, el narcotraficante podría estar cinco años en libertad monitoreada, de acuerdo con la Fiscalía.
Prontuario criminal
Durante el lapso que estuvo al frente del Clan del Golfo, Otoniel apeló a la violencia para proteger a los integrantes de ese grupo delincuencial, que incluso alcanzó los 6.000, silenciar a potenciales testigos y atacar a las fuerzas de seguridad con ayuda de un “ejército de sicarios”.
De acuerdo con la justicia estadounidense, estos “secuestraban, torturaban y mataban a los competidores y a los que consideraban traidores de la organización y a sus familias”.
Alias Otoniel fue capturado el 23 de octubre de 2021 en el departamento de Antioquia, cerca de la frontera con Panamá. No era solo uno el tribunal que por más de una década le seguía los pasos en suelo norteamericano.
Una vez en la cárcel, el capo reflejó cuál era su ‘poderío’, luego de que se desatara una represalia en once departamentos, con un saldo de cinco muertos, entre ellos dos policías y un soldado, durante ataques a comisarías, sabotajes al sistema público de transportes, así como también bloqueos de carreteras.
El colombiano empezó su trayectoria al margen de la ley cuando integró las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo paramilitar que Estados Unidos incluyó en la lista de organizaciones terroristas en 2001. Según la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, el Clan del Golfo colaboró con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación para la circulación de droga.