La Justicia le concedió al exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez Corzo medida de aseguramiento con detención domiciliaria. El exfuncionario había sido condenado por parapolítica y sentenciado a 27 años de prisión por ser el determinador del homicidio de Enrique Flórez Ramírez el 6 de octubre de 2003.En ese momento, Suárez fue inhabilitado para ejercer cargos públicos durante un lapso de 20 años. Luego, en el 2019, fue admitido en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para el estudio de su expediente. A través de un auto de 42 páginas la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP aceptó el sometimiento del exalcalde de Cúcuta.Ahora, el juzgado 15 de ejecución de penas y medidas de seguridad de Bogotá, con auto del 21 de julio de 2020, concedió prisión domiciliaria. La presión domiciliaria la concedió por haber cumplido más del 50 por ciento de la pena artículo, 13 años, más lo hecho en trabajo y estudio.En mayo Suárez la había solicitado y el juzgado se la negó por que no se acreditó el arraigo. Le ordenaron una caución de 40 salarios y el  24 de julio allegó las pólizas y le dieron la boleta de libertad.

Ramiro –como lo conoce todo mundo en la capital de Norte de Santander– fue alcalde en el periodo 2004 y 2007. Durante su mandato el paramilitarismo tuvo el periodo de mayor crecimiento en ese departamento, al punto de que el Bloque Catatumbo fue una de las estructuras más temidas del país. La ascendencia ‘para’ de Suárez era vox pópuli e incluso su alcaldía se truncó por nueve meses en los que estuvo detenido por presuntos pactos con los ejércitos privados de extrema derecha, pero logró burlar la Justicia y retomar las riendas de Cúcuta. En su momento, el senador Gustavo Petro jugó un papel importante denunciando los nexos de Suárez. En la pasada campaña presidencial, cuando Petro era candidato y visitó Cúcuta ocurrió un delicado episodio en el que su vehículo fue atacado. Petro aseguró que el responsable era el exalcalde quien seguía manejando los hilos de la ciudad desde su prisión.Los crímenes de Ramiro, ante la JEPEl 6 de octubre de 2003 el abogado Alfredo Enrique Flórez Ramírez, contradictor del entonces aspirante a la alcaldía Ramiro Suárez, manejaba su carro hacia su domicilio, en el área metropolitana de Cúcuta, cuando fue interceptado por una motocicleta “ocupada por dos sujetos, cuyo parrillero disparó contra Flórez haciéndole perder el control del automotor al punto de estrellarse por fuera de la vía, sitio al cual se acercaron los agresores para disparar nuevamente sobre la humanidad de la víctima”.

El anterior es un aparte del documento que presentó la defensa de Ramiro Suárez a la Jurisdicción Especial de Paz, JEP, para solicitar los favorecimientos penales que contempla la justicia transicional.Suárez argumentó que el crimen por el que está condenado a 27 años de cárcel fue un episodio del conflicto y con fundamento en ello solicitó en su momento la libertad provisional inmediata. “El homicidio (de Flórez Ramírez) se ha atribuido a miembros pertenecientes a las AUC con influencia en la zona, quienes, de acuerdo con las conclusiones del fallo de segundo grado, actuaron por instigación de Ramiro Suárez Corzo”, decía el texto.La argumentación de Ramiro Suárez fue más allá. El exalcalde relató otro hecho que probaría que efectivamente su alcaldía fue producto de un acuerdo criminal entre él y los paramilitares: el crimen del veedor ciudadano Pedro Durán Franco, perpetrado también en Cúcuta, dos meses antes del de Flórez.

“El día 12 de agosto de 2003, en Cúcuta, siendo aproximadamente las 3 de la tarde, cuando el señor Pedro Durán, veedor ciudadano, en compañía de su esposa, se movilizaba en una buseta de transporte público con destino al Palacio Municipal, de un momento a otro recibe en su humanidad dos disparos de arma de fuego, los cuales fueron propinados por un joven miembro de las Autodefensas, lo que le causó la muerte de forma instantánea”.Parecía de no creer: Ramiro Suárez documentó dos crímenes en los que estaba implicado e insistió en su momento a los magistrados de la JEP que estos eran producto de su alianza con los paramilitares. El exalcalde confesó en ese momento que era un parapolítico pura sangre. Y para convencer dijo que ahí estaban los testimonios tanto de Salvatore Mancuso como de Iván Laverde Zapata, alias el Iguano, quienes lideraron el Bloque Catatumbo y también han explicado los dos homicidios que Suárez reivindica.