Por alguna u otra razón, las vallas callejeras se están convirtiendo en uno de los fenómenos de comunicación de los últimos meses en Colombia. La más reciente y que seguro generará gran controversia fue mandada instalar por Rafael Guarín, exviceministro de Defensa y reconocido uribista. “Esta valla se instalará el día de mañana (jueves) en Soacha debido a que en Bogotá los valleros consultados no se atrevieron por temor a que fuera perseguidos por la alcaldía de Gustavo Petro”, le dijo Guarín a Semana.com. Para el exviceministro y analista político, el objetivo de la valla es proponer una reflexión a la sociedad colombiana sobre la negativa a que la violencia se valide como un medio de acción política en la democracia. “No es cierto que un proceso de paz esté condicionado a la participación política de los integrantes del grupo violento”, dice y pone como ejemplo a Joaquín Villalobos, excomandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y quien después de rubricar el acuerdo de paz optó por la cátedra. “Si se había logrado un consenso en Colombia para que crímenes atroces no tuvieran carácter político, con base en decisiones de la Corte Constitucional, ¿Por qué ahora se pretende permitir a tales perpetradores ser elegidos? ¿Cuál es la diferencia entre las masacres de Mancuso y las de Timochenko para que al primero, justamente, se le niegue la participación y al segundo se le permita? En ningún caso deben tener ese derecho”, dice.