SEMANA: ¿quién es El Chino en la vida de Pablo Escobar?
Alfonso Buitrago (A. B.): Édgar Jiménez Mendoza fue amigo de Escobar del colegio, de los primeros años de bachillerato, a principios de los años sesenta. Se reencuentran cuando habían cogido caminos muy distintos, y Pablo ya era muy rico. El Chino se había convertido en un fotógrafo de eventos sociales, bautizos, cumpleaños. Por un amigo en común, se vuelven a ver y ahí comienza a ser el fotógrafo personal del capo.
SEMANA: ¿cómo se convirtió en el fotógrafo de Pablo Escobar?
A. B.: él empieza con unos encargos de fotografiar animales. En ese momento, Pablo Escobar ya tenía 1.500 animales. Comienza a hacer un registro de los animales que había y los que iban llegando. El es quizás el fotógrafo que tiene el archivo más grande de este momento. Luego termina siendo el fotógrafo de los cumpleaños, de los eventos sociales de la familia y de la campaña política a la cámara de 1982. Édgar Jiménez había sido miembro de la Anapo y fotógrafo de las campañas políticas en Antioquia.
SEMANA: ¿qué momentos del capo tiene el guardados en sus imágenes?
A. B.: como decía, el segundo momento grande es la campaña política. Él retrata a Pablo Escobar como benefactor, como el gran Robin Hood. Muchas de esas fotografías icónicas de Escobar haciendo política son de Édgar Jiménez. Luego están reuniones, cumpleaños de sus hijos, de Juan Pablo, de Manuela. También fiestas de Halloween de Victoria Eugenia. Luego él se vuelve fotógrafo de la familia, del osito y de otros hermanos. Entonces él logra dar como un gran retrato íntimo de Pablo Escobar.
SEMANA: ¿hasta cuándo le toma fotos?
A. B.: la última fotografía es de 1989, de febrero, en el mes en que Juan Pablo cumple años. Es un cumpleaños clandestino. Ya ahí Escobar está enfrentado al Estado públicamente. Estaba siendo perseguido y buscado. Luego de esa celebración, ya no se vuelven a ver. Escobar se entrega, va a la Catedral y luego lo matan. Él sigue siendo fotógrafo de la familia de Escobar y de Victoria Eugenia.
SEMANA: ¿por qué hacer un libro de El Chino?
A. B.: yo lo conocí en 2017. Vino John Lee Anderson a hacer un reportaje sobre los narco tours. En ese momento, a Medellín venían muchos turistas a conocer su tumba, su casa, los lugares donde había estado. John Lee Anderson me pide que busque al fotógrafo. Hablamos con él, y fuimos todos a la Hacienda Nápoles. Allá hablamos mucho. Me di cuenta de que tiene una vida fascinante. Él fue muy amigo de Israel Santamaria, que fue fundador del M-19 y él mismo fue miembro en algún momento de ese grupo. Me parecía que en un tema del que se ha escrito y hecho tanta cosa, nadie había contado la historia de alguien que había sido su amigo.
SEMANA: ¿cómo describe él el capo?
A. B.: dice que tenía una astucia muy temprana para hacer trampa, para engañar. Lo que más resalta de las fotografías y de las historias es que Escobar era un gran mentiroso. Que él fue protagonista activo de su leyenda. Decía mentiras de lo que tenía en la Hacienda. Esa parte burlona de Escobar que mucha gente se tomaba como realidad terminaba siendo una gran mentira.
SEMANA: ¿mentiras cómo cuáles?
A. B.: por ejemplo, la típica de la avioneta que estaba empotrada en el portón de entrada de Nápoles. El decía que era el primer cargamento de cocaína y era realmente una avioneta abandonada en un hangar en el aeropuerto Olaya Herrera. También un carro que decía que era de un gánster norteamericano y realmente era hechizo, hecho por varios carros robados. Y que luego lo balearon. Había un periódico político que existía desde los años cincuenta que se dedicó a ampliar la figura de este personaje, y El Chino trabajó allí. Entonces conocía bien esa faceta.
SEMANA: ¿por qué entender a Pablo Escobar de esa manera?
A. B.: hay un gran énfasis en tratar de entender ese Robin Hood y qué significa esa leyenda. Tratar de entenderla mejor históricamente. Creo que es el gran intento del libro, porque la fotografía se utiliza constantemente en documentales extranjeros que repiten un guion que no se ajusta a la realidad. Creo que este es el gran aporte del libro. Eso espero.
SEMANA: ¿cómo vive hoy El Chino?
A. B.: El Chino tiene la misma edad de Escobar. Está retirado. Ya no toma fotografías. Vive de vender las fotos de Escobar. Aunque él es un hombre de izquierda, sin ambición económica. Es un hombre con conciencia de clase. Está satisfecho de que se haya contado su vida.