El exvicepresidente Francisco Santos no está activo en política, aunque no pierde oportunidad para defender a la derecha ideológica cada vez que interviene a nivel nacional e internacional.
En Florida International University, donde el dirigente fue invitado a una conferencia académica y política, se refirió a la derecha e izquierda en el siglo XXI, un espacio donde no ahorró discurso para atacar a la izquierda en Colombia y donde reconoció que la derecha ha perdido su narrativa en los últimos años.
Santos, de entrada, empezó a hablar de los alcaldes de derecha e izquierda en Bogotá. En 2003, cuando Álvaro Uribe era presidente y él su vicepresidente, Lucho Garzón ganó la alcaldía de Bogotá. “Un sindicalista, es decir, había garantías electorales. ¿Cómo fue su gobierno? Ni fu ni fa, no hizo daño, respiramos todos, pero no pasó nada”, afirmó.
Recordó que cuatro años después, abrazados con Gustavo Petro y Claudia López, los bogotanos eligieron a Samuel Moreno en el Palacio del Liévano. “Petro, a pesar de que levantó los brazos de Samuel Moreno, salió elegido después. No le costó su apoyo. Nada”, expresó.
Insistió en el escándalo de las basuras de Petro, la compra de camiones de segunda mano que hoy sirven, la adquisición de motocicletas eléctricas que no funcionaron, entre otros escándalos que dejó el hoy candidato presidencial en su paso por la Alcaldía de Bogotá. “Lo que sí le funcionó a Petro es que tenía muy buena publicidad en los medios de comunicación, eso sí llenó a los medios de publicidad”, dijo.
Enrique Peñalosa se hizo elegir y, según Santos, reconstruyó lo que se había perdido y llegó posteriormente Claudia López. “Una mujer gay, lo que demuestra una fortaleza de la democracia en Colombia, pero la ciudad empieza a caerse: vienen los paros, la basura, la ciudad está en un desorden y la inseguridad es brutal. Hay un desazón, la gente está diciendo ‘no quiero vivir más en Bogotá’”.
En Cali ―expresó Santos― “hay otro alcalde de izquierda, gran aliado de la Primera Línea, el grupo que armó todos estos desórdenes que casi acaban con la economía. Era aliado, al mandatario (Jorge Iván Ospina) solo le faltó ir y participar en el grupo”.
En Medellín, “la joya de la corona, las Empresas Públicas la están acabando”, denunció Santos al hacer referencia al alcalde Daniel Quintero.
También habló de lo que ocurre en Barranquilla. “Cinco gobiernos de centroderecha y hoy es el polo de desarrollo más tremendo de Colombia: los puertos, la inversión, lo que está pasando en esta ciudad. La gente se está yendo a vivir allá, los mejores empleos, el eje exportador. Hicieron la tarea bien”.
En su discurso pasó a los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe. Entregó cifras de inversión, reducción de seguridad, 3 millones de subsidiados en Familias en Acción. “Por eso, Uribe salió con más del 70 % de aprobación y qué ocurre. De esos gobiernos malos nadie habla, pero hay gente que dice ‘el desastre del uribismo’. No sé si se refieren al gobierno de Juan Manuel Santos, pero ese no es uribista”, dijo.
Lograron ―según él― destruir la imagen del uribismo, “el que considero es uno de los mejores Gobiernos de Colombia y América Latina”.
Santos atribuyó lo ocurrido a “que perdimos la guerra, la batalla de la narrativa, nos metieron el cuento, perdimos esa pelea y esa es la pelea que hay que dar, y esa narrativa cuál es: la democracia no existe y no sirve y es una mierda en Colombia. Les cuento: ahora, en la elección primaria del Pacto Histórico, una de las preguntas a los candidatos es si en el país hay democracia. Y seis respondieron que no. Seis, y hacen parte de una elección”, aclaró.
Francisco Santos dijo, además, que la narrativa del discurso es tan efectiva que tienen a los colombianos hablando de igualdad y pobreza.
“Claro que hay problemas, no digo que no, pero no me vengan con el cuento que estamos peor que hace 50, 30 años o 20. No es cierto (...) Tan efectiva es la narrativa que hay jóvenes que me escriben en Twitter que estamos peor que en Venezuela. Se lo creen, perdóneme, se lo creen. No estoy hablando mentira. O construimos nuestra narrativa que defienda la democracia o estamos perdidos. Hoy, esa batalla, la tenemos perdida”, concluyó.