Este domingo se registró la captura en Casanare del agente de la Policía Nacional (r), Wílmer Antonio Alarcón Vargas, condenado a 37 años de prisión por el homicidio de Diego Felipe Becerra, en agosto de 2011 en la capital.
Tras la notificación, que fue sorpresiva para la familia, los padres del joven grafitero reaccionaron, agradeciendo el actuar de las autoridades pese a las demoras que se dieron en el caso, pues la condena se dio en 2017, al tiempo que exigieron garantías para la seguridad de Alarcón, con el fin de que pueda contar la verdad.
“Para nosotros es excelente la noticia. Le decimos al policía que diga la verdad. Nosotros sabemos y solicitamos como familia que se le brinde una protección especial al policía porque sabemos que la vida de él corre peligro. Cuando lo dejaron libre, fue porque podría involucrar a generales y más coroneles dentro del proceso de la alteración de la escena del crimen y el falso positivo que hicieron para para ocultar el asesinato de Diego Felipe; y pues le diríamos a Wílmar, si pudiéramos hablar con él, que diga la verdad”, fueron las palabras del padre del joven, Gustavo Trejos, en conversación con Noticias RCN.
A esto, Trejos sumó que solo Felipe y Wílmar conocen lo que sucedió ese 19 de agosto de 2011, razón por la que su verdad es fundamental para conocer la realidad que rodeó este suceso en el que el grafitero falleció, convirtiéndose después en un caso de alcance nacional.
“Sería muy importante que él contara toda la verdad, porque el daño que nos hizo la Policía Nacional como institución de conseguir testigos falsos, atentar contra la honra y mostrar a Felipe como un delincuente es algo que no se le desea a nadie”, añadió.
La madre de Felipe, Liliana Lizarazo, aseguró que a partir de este momento y tras un largo proceso judicial, los esfuerzos de la familia estarán en el camino de devolver la honra del joven, pues “no era la persona que la Policía quiso presentar en ese momento”.
“Mi gratitud enorme con la Fiscalía por la captura del policía que asesinó hace 10 años al joven grafitero Diego Felipe Becerra en Bogotá. A su familia mi abrazo, en particular a su padre Gustavo Trejos, director del Observatorio de Conflictividad y Derechos Humanos de Bogotá”, escribió en las últimas horas la alcaldesa Claudia López.
Los antecedentes
En enero de 2017, el Juzgado 43 Penal de Bogotá condenó a 37 años y seis meses de prisión al expatrullero Wílmer Alarcón por homicidio agravado, luego de que le disparara y causara la muerte al joven grafitero Diego Felipe Becerra.
Los hechos se presentaron en inmediaciones de la calle 116 con Avenida Boyacá, en la capital del país. De acuerdo con las investigaciones, en el homicidio de Becerra se alteró la escena del crimen para hacer parecer al grafitero como un delincuente.
Por lo tanto, el patrullero Wílmer Alarcón, quien estaba vinculado al proceso, fue dejado en libertad en agosto de 2016 por vencimiento de términos y, desde ese momento, se encontraba prófugo de la justicia colombiana.
Por lo tanto, ante esa situación, los padres de Becerra se vieron en la obligación de publicar en redes sociales un cartel de “se busca” en el que aparece la foto del policía Wílmer Alarcón, pues insisten en que se haga justicia en el caso del joven grafitero.
El pasado 19 de agosto, y sin contar con el accionar que las autoridades iban a tener este fin de semana, la madre de Diego Felipe había divulgado un video en el que pedía a todas las autoridades celeridad en la captura de Alarcón, pues como se encontraba prófugo de la justicia los términos podían prescribir y el caso de su hijo pasaría a la impunidad.