Desde ese 2 de julio de 1986, cuando Juan Pablo II descendió del boeing 747, Colombia no ha visto a un Papa pisar su tierra. Por eso desde que se empezó a especular que Francisco visitaría Colombia la expectativa fue alta.Este viernes, y después de mucha espera, el nuncio Apostólico Ettore Balestrero, en compañía del presidente Juan Manuel Santos anunció en la Conferencia Episcopal de Colombia que el Papa vendrá del 6 al 10 de septiembre de este año y estará presente en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

“El Papa quiere venir al encuentro de los colombianos, viene por quienes están en las ciudades y por los que viven en el campo y tienen una cultura y unas necesidades diferentes; por los ricos y por los pobres; por los jóvenes y por los ancianos”, manifestó el diplomático.El presidente Santos aseguró que el Santo Padre viene a apoyar a los colombianos en la construcción de la paz. "Llega a Colombia en un momento único de nuestra nación para invitarnos, como siempre lo ha hecho, a la unión, a la reconciliación, al perdón y, sobre todo, al encuentro", dijo.El Papa había prometido visitar el país en varias oportunidades. En julio de 2016 lo anunció durante un almuerzo que mantuvo con 12 jóvenes en la ciudad polaca de Cracovia. En ese entonces no especificó fecha alguna pero aseguró que Colombia estaba en su agenda del 2017.Pero meses después el Papa puso una condición para visitar el país: "Prometo que cuando el acuerdo sea blindado por el plebiscito estaré en Colombia". Como es bien sabido el Gobierno y las FARC firmaron el acuerdo en Cartagena y después un rotundo No ganó en las urnas.El país vivió un periodo de profunda incertidumbre después del plebiscito y el Papa desde la distancia oró por la paz. “Les pido una oración especial por esa tierra maravillosa para que, con la colaboración de todos, se pueda llegar finalmente a la paz, tan deseada y necesaria para una digna convivencia humana”, expresó el Sumo Pontífice.

Pero el Papa fue más allá en sus esfuerzos y reunió en una misma sala y ante su presencia al senador Álvaro Uribe y al presidente Juan Manuel Santos. El encuentro fue simbólico, pero no por sus resultados políticos.

La sola presencia de Francisco no podía garantizar que desaparecieran la desconfianza mutua entre Santos y Uribe, ni mucho menos sus profundas diferencias sobre el proceso de paz con las FARC. El expresidente, con la apresurada salida del Senado “a ver si alcanzaba a llegar a la cita”, dejó en claro que no hubo trabajo previo, ni negociaciones de las que suelen hacerse antes de una cumbre. Pretender que en reuniones de media hora se solucionarían discrepancias tan difíciles de reconciliar era casi una ingenuidad.Sin embargo, aunque la milagrosa reconciliación de los líderes políticos no ocurrió, tras el triunfo del No en el plebiscito en La Habana se discutieron más de 400 propuestas provenientes de quienes alegaban que el acuerdo entre las FARC y el Gobierno tenía fallas y puntos por mejorar.Ahora que el acuerdo de paz con la guerrilla más vieja del continente logró pasar al otro lado y se firmó en el Teatro Colón, el Papa visitará un país en el que los que antes cargaban un fusil se preparan para la vida civil.El apoyo del Papa Francisco a Colombia y sobre todo al proceso de paz ha sido muy importante. Cabe recordar que el Sumo Pontífice no es solo el máximo representante de la fe católica, también es uno de los latinoamericanos más influyentes, como lo señaló la revista Time.Además, para el Papa tenían pensando una tarea muy importante: participar en la elección del Tribunal Especial de Paz. Sin embargo, el Vaticano dio un paso al costado por considerar que "sería más apropiado que dicha tarea sea confiada a otras instancias".Consulte: La Corte europea de DD. HH. asumirá el rol del papa en el tribunal especialSu Santidad ahora vendrá como "mensajero del amor y de la fe. Es forjador de puentes y no de muros. Y eso –puentes, amor y fe– es lo que más necesitamos en Colombia", explicó el presidente Juan Manuel Santos.