Las acusaciones al expresidente Álvaro Uribe Vélez y su entorno de nexos con el paramilitarismo han ido en aumento tanto en número como en el peso específico de quien busca determinar su veracidad. Ya no se trata de anónimos e insultantes grafitis en las paredes de algunas calles en donde se lee “Uribe, paraco”, sino de tribunales de justicia. Así, por ejemplo, el pasado 5 de septiembre el Tribunal Superior de Medellín compulsó copias a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes para que se investigara al expresidente Uribe por su presunto apoyo en la conformación de grupos paramilitares en Antioquia. El fallo, firmado por los magistrados Rubén Darío Pinilla y María Consuelo Rincón, solicitó investigar a Uribe después de encontrar indicios de que durante su Gobernación en Antioquia, entre los años 1995 y 1997, se creó el proyecto de Cooperativa de Vigilancia y Servicios Comunitarios (Coosercom), que terminó por ser un “laboratorio del paramilitarismo” y promover las conocidas Convivir.  Cuando se conoció la decisión judicial, Uribe escribió en su cuenta de Twitter: “¿Por qué soy paramilitar?” Luego envió siete trinos con los siguientes mensajes:  1. ¿Soy paramilitar por haber sido amigo de Pedro Juan Moreno? 2. ¿Soy paramilitar por haber promovido las Convivir? 3. ¿Soy paramilitar por ser amigo del general Rito Alejo del Río? 4. ¿Soy paramilitar porque militaricé la Comuna 13 de Medellín, bajo la dirección de los generales Mario Montoya y Leonardo Gallego, con el fin de derrotar la dictadura de los violentos, enseñoreada de la ciudad? 5. ¿Soy paramilitar por haber negociado la Ley de Justicia, Paz y Reparación con los paramilitares? 6. ¿Soy paramilitar por haber permitido la masacre del Aro durante mi período de gobernador? 7. ¿Soy paramilitar por el general Santoyo, Jorge Noguera, María del Pilar Hurtado? Varios días después, el 25 de septiembre, se informó que la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía colombiana llamó a declarar a Santiago Uribe, hermano del expresidente, para responder por la presunta creación de grupos paramilitares también en el departamento de Antioquia. Santiago Uribe tendrá que comparecer en la Fiscalía General de la Nación este 17 de octubre y será la primera vez que una persona tan cercana al exmandatario tenga que responder ante un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos en condición de indagatoria. En su momento, el abogado de Uribe, Jaime Enrique Granados, emitió un comunicado con varios puntos en el que asegura que su acusado comparecerá ante el juez, “como siempre lo ha hecho”, “con el convencimiento y la esperanza de que después de 18 años será exonerado y se resolverá su situación, porque su conducta ha estado ajustada a la ley”. El hermano del expresidente es investigado por la creación, a comienzo de la década de los 90 del siglo pasado, de un grupo paramilitar conocido como los “12 apóstoles” en el municipio de Yarumal con el fin de combatir a la guerrilla en esa zona. La Fiscalía empezó la investigación contra el hermano de Uribe en 1995, aunque fue archivada años después y reabierta tras la confesión del mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses, que lo señaló de ser el jefe de esa estructura paramilitar. A su caso personal, y al hecho de que ahora un hermano suyo también deba responder ante la justicia, se suma un caso de uno de sus más queridos colaboradores: Luis Alfredo Ramos, quien hasta hace unas pocas semanas estaba en una reducida lista de aspirantes a tomar el legado de Uribe para alcanzar la Presidencia de la República, pero que ahora está en la cárcel. La Corte Suprema ordenó el pasado 28 de agosto la detención de Ramos, del Centro Democrático, movimiento político encabezado por Uribe, por sus presuntos vínculos con Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”, quien fue jefe del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). “Quieren hacerme daño a mí porque haciéndome daño también le hacen daño a Uribe. Y el expresidente Uribe es ni más ni menos que el Gran Colombiano de todos los tiempos”, dijo en su momento Ramos al explicar la acusación. A estas tres situaciones se suma la reciente revelación hecha por el diario El Espectador, en su edición del pasado domingo, de la confesión hecha por el paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, desde Miami a la Corte Suprema de Justicia: “Hay una cosa que es innegable y fue nuestro apoyo y colaboración total a las elecciones presidenciales del doctor Álvaro Uribe Vélez”. En el testimonio, ahora en poder del alto tribunal, ‘Don Berna’ dice que el contacto de los paramilitares con el expresidente era Mario Uribe, primo hermano de él a quien llamaban el ‘Ingeniero’ y consideraban “orgánico de las AUC”. Mario Uribe fue condenado en febrero del 2011 por la Corte Suprema a 90 meses de prisión por vínculos con paramilitares. Además de estos casos, en las últimas horas se produjo la captura del general retirado Flavio Buitrago, que fue jefe de seguridad de la Presidencia durante el gobierno de Uribe, por su supuesta responsabilidad en lavado de activos y sus presuntos nexos con un capo del narcotráfico. Uribe tuvo dos jefes de seguridad durante su presidencia (2002-2010). Ambos están hoy en la cárcel. Antes que Buitrago fue detenido y extraditado el general Mauricio Santoyo, condenado en diciembre del 2012 por un juez de EE.UU. a 13 años de cárcel y a pagar 125.000 dólares de multa tras haberse declarado culpable de colaboración también con el narcotráfico y los paramilitares.