Poco se conocía sobre la reforma a la salud de la ministra Carolina Corcho hasta el pasado 13 de febrero, día de su radicación en el Congreso de la República, y en el que el país finalmente conoció su articulado. En ese momento, al igual que los gremios, aseguradoras, médicos y pacientes, algunos funcionarios del Ministerio de Salud conocieron el texto por primera vez.
El ministerio cuenta con varias direcciones y subdirecciones separadas por asuntos, como aseguramiento, financiación, medicamentos y atención primaria. Estos equipos eran liderados por personal con décadas de experiencia en la cartera y conocimiento técnico en la materia, pero la mayor parte salió en una dura barrida de personal por solicitud de la nueva ministra.
A pesar de que Corcho ordenó retirar a la mayor parte de los funcionarios de libre nombramiento y remoción por insubsistencia, todo apunta a que la reforma nunca se consultó con los equipos especializados del ministerio antes de ser radicada.
La reforma habría sido construida por fuera de la entidad, con organizaciones sociales afines a las ideas de Corcho sobre cómo debería ser el diseño del nuevo sistema. A pesar de las advertencias, la jefe de cartera no acude a sus propios funcionarios para constatar la viabilidad de la iniciativa.
SEMANA conoció testimonios de empleados y exempleados del ministerio que narraron el ambiente hostil que se vive en el interior de la cartera, cómo las opiniones diversas son mal vistas por Corcho y la inestabilidad laboral de quienes no están de acuerdo.
Desde hace varios meses, el remezón en el ministerio desestabilizó las vidas de todos los funcionarios, quienes han sido declarados insubsistentes de manera repentina o temen perder sus trabajos. “Todo sigue igual y parece que todo empeorará en los próximos meses”, dijo un trabajador que pidió reserva de su identidad.
Frente a la reforma a la salud, el trabajador aseguró que los técnicos no han tenido información de ningún tipo sobre el proceso y que la ministra “cerró” el debate alrededor de la iniciativa.
“Ni siquiera nosotros, que estamos en la parte técnica, tenemos información. Está muy cerrado, empezaron a llegar derechos de petición de congresistas sobre la reforma. Aun así, nos piden contestarlos sobre lo que dice el articulado, a pesar de que nadie nos explica nada, que no conocemos nada”, dijo en conversación con este medio.
Solo hasta ahora, 20 días después de la radicación de la reforma, el ministerio comienza a incluir a algunos directores en la discusión interna.
“No tuve ningún conocimiento de la reforma previo a su radicación, eso lo manejaron de manera muy privada, por no decirlo de otra forma”, manifestó un alto funcionario de la entidad, experto en uno de los temas centrales de la iniciativa gubernamental.Confesó que la ministra ha manifestado explícitamente su desinterés por el personal con experiencia y capacitado en las diferentes áreas de la salud: “Siempre ha dicho ‘a mí me importa cinco lo técnico’. Lo ha dicho siempre”.
“No sabes lo denigrante y la falta de respeto que es hablar desde lo técnico y que ni siquiera te miren. Te ignoran, ignoran lo técnico”, agregó, contando sobre aquellos momentos en los que se acercó con una propuesta a los funcionarios de confianza de Corcho.
Quienes pertenecieron al Ministerio de Salud durante el proceso de construcción de la reforma sostienen la versión de que se construyó en privado y casi exclusivamente con personas externas a la entidad. “Desde mi área se les indicó muchas cosas técnicas para tener en cuenta en la reforma a la salud y finalmente no se consideraron. No se iban a acercar a nosotros y menos a los antiguos, siempre nos veían como quienes se oponen por venir de otros gobiernos”, dijo otro exfuncionario.
El miedo en los pasillos
De acuerdo con quienes presenciaron recientemente el ambiente del ministerio, funcionarios de toda índole se encuentran atemorizados por la posibilidad de perder su empleo y prefieren no ser vistos como posibles enemigos de la causa impulsada por la ministra Corcho.“No contestan los teléfonos. No pueden hacer nada. Los intento llamar de día y me piden que hablemos en la noche, desde las casas. Tampoco escriben. No quieren que los escuchen”, dijo un exfuncionario de la administración pasada, en conversación con este medio.
Otra persona que conoce el ministerio desde adentro asegura que el temor no es ajeno a los funcionarios de carrera, quienes entraron a la entidad por concurso y que no pueden ser removidos por insubsistencia: “Creen que va a haber una reestructuración a raíz de la reforma, tienen miedo de quedarse sin trabajo porque pueden eliminar sus puestos”.
Incluso, uno de los funcionarios denuncia que el ambiente de “angustia” podría impactar el trabajo en el interior de la entidad, dado que los equipos se separan por la persecución.
“Genera una zozobra y una separación de los equipos. Muchos de los equipos fueron divididos porque todos buscan mantenerse en sus cargos. Esa es la forma en la que trabaja uno de los directores nuevos”, dijo.
Un trabajador cuenta que la ministra Corcho y su equipo intentan cuidarse de posibles traidores: “Siempre están desconfiando de todos. Que estamos filtrando información. Primero, no conocemos del tema y ahora está muy cerrado todo”.
Lo cierto es que los funcionarios deben responder derechos de petición y demás requerimientos sobre una reforma a la salud que no conocen del todo: “¿Cómo vas a responder algo en lo que tú no crees o algo que tú no construiste?”.
La comunicación y explicación del proyecto en el interior de la entidad ha sido deficiente, dado que muchos aseguran no entenderlo y carecer del contexto necesario para llevar a cabo sus funciones.
Casi todos los técnicos fueron retirados por la ministra Corcho, siendo reemplazados por fichas cercanas, quienes, según los exfuncionarios, no tendrían la experiencia necesaria para enfrentar sus nuevas responsabilidades. Pocos permanecen y una parte decidió callar sus críticas a la iniciativa para no perder el trabajo.
Varios extrabajadores coinciden en que se trata de un remezón nunca antes visto y que va más allá de un simple cambio de Gobierno. Para muchos podría calificarse como una persecución a lo técnico, cualidad que caracterizaba a la entidad en años anteriores.
La reforma a la salud, tal y como está, se encuentra en serios apuros y podría ser sometida a cambios profundos. Hasta el momento, la jefa de cartera no tendría en cuenta a sus propios funcionarios para acompañarla en los ajustes: “Es la ignorancia. Uno les dice: ‘Por aquí no, es de esta manera’. Y ni te miran. Esa es la manera en la que lo callan a uno”.
Por ahora, se vive en paranoia dentro de una de las carteras más importantes para el bienestar de los colombianos, donde denuncian que la socialización y la pedagogía de la reforma han sido menores de lo que se propone hacia afuera.
No es claro si seguirán saliendo trabajadores del ministerio, pero se espera que, tal y como ocurrió en diciembre, no se renueven los contratos de una gran cantidad de personas que culminan sus funciones en el próximo mes de abril.