Luis Alfredo Ramos quiso ser el candidato presidencial del uribismo en el 2014 y ser el contradictor de Juan Manuel Santos, quien buscaba la reelección. No pudo competirle. Unos meses antes de las elecciones, el exgobernador de Antioquia fue capturado por presuntos nexos con el paramilitarismo. Ahora, cuando ha pasado más de mil días tras las rejas, le escribió al presidente Santos una nota, de su puño y letra, en la que le pide ayuda.En el escrito, Ramos se declara víctima del llamado ‘cartel de testigos’, que califica como el “cáncer de la justicia colombiana”. Le relata que luego de tres años de “doloroso encierro”, aún siguen apareciendo nuevos testigos en su contra que sólo buscan beneficios judiciales.Recuerda el día en que se conocieron, en Boston, en 1995. Lo felicita por haber cumplido sus sueños, como el de dirigir al país, y en cambio le relata el destino que tuvo que enfrentar. (También le puede interesar: “Yo soy un excandidato presidencial procesado”) Por eso Ramos le pide a Santos que lo ayude a derrotar el cartel de falsos testigos, pues asegura que también “podría hacer un daño irreversible” al proceso de paz que el Gobierno adelanta con las FARCEl mensaje de Ramos a SantosEsta es la transcripción del manuscrito que Luis Alfredo Ramos le dirigió al presidente Juan Manuel Santos:Al saludarlo cordialmente, le hago llegar esta nota con el fin de enterarlo del tortuoso encierro que vivo desde hace más de mil días, originado en declaraciones de falsos testigos que medran en la política y sólo buscan beneficios judiciales y económicos.El aberrante fenómeno de los falsos testimonios que están haciendo estragos en la justicia colombiana se ha  convertido en fácil instrumento de los delincuentes para comprometer a ciudadanos de bien. Hoy cualquier colombiano es susceptible de ser señalado ante los jueces por testigos mendaces que se lucran de sus declaraciones.Considero de la mayor importancia las recientes declaraciones del exministro de justicia Yesid Reyes, del exfiscal general, legisladores y periodistas que reclaman con justicia la necesidad de enfrentar el testimonio falso con nuevas normas sobre valoración de la prueba testimonial, que permita a los operadores judiciales descalificar de plano a los declarantes mentirosos que hacen de las suyas en juzgados y tribunales.¿Qué debe hacer, señor presidente, en la actual coyuntura para garantizar que los procesos no tengan la mancha de los falsos testigos que van de la mano de políticos y determinadores, como en mi caso, donde destrozan en vida personas inocentes?No obstante, lo que ha venido sucediendo en mi proceso, donde ha quedado en evidencia un montaje en mi contra, sorprendentemente y después de 12 años de los supuestos hechos que se me acusan y de cerca de tres años de este doloroso encierro, aparecen nuevos “testigos”, con oscuros intereses para declarar en mi contra.Por todo lo anterior le pido respetuosamente solicitar a la entidades competentes investigar, identificar y judicializar a declarantes fraudulentos y a determinadores de este flagelo que es considerado el cáncer de la justicia colombiana.Señor presidente: Recuerdo muy bien el día que lo conocí en Boston en 1995, en la casa de la doctora Berta Olga Ospina, entonces cónsul de Colombia en esa ciudad, cuando ambos teníamos sueños y proyectos de jóvenes profesionales.En su caso fueron proyectos cumplidos, que lo llevaron a dirigir el país. A mí, en cambio, hoy me toca sufrir el alejamiento de mi familia y todos mis proyectos por la infame intervención de la fábrica o cartel de falsos testigos.Señor presidente: Le pido le ayude al país y a mí a derrotar este fenómeno que tanto afecta la justicia, porque también podría hacer un daño irreversible al proceso de paz que hoy adelanta el gobierno nacional que usted preside.Luis Alfredo Ramos