Las marchas de Bogotá serán sobrevoladas este jueves por el Halcón, como se le conoce al helicóptero que la policía usa para patrullar la ciudad. La aeronave, que hace parte de los esquemas de seguridad de la capital desde hace más de tres años, usará una nueva herramienta en las manifestaciones que se avecinan: el reconocimiento facial, recientemente incorporado. El helicóptero tiene una cámara capaz de grabar en alta resolución, cuyas imágenes sirven como prueba en la judicialización de delincuentes. Ahora están integradas a un sistema de reconocimiento que puede identificar rasgos mínimos del rostro a más de 15 kilómetros de distancia, para luego contrastarlos con bases de datos de la Registraduría y la Policía. En este caso, anunció la institución, serán usados para hallar a quienes generan violencia en las protestas.

La Alcaldía compró el halcón (modelo Bell 407) en 2016, por 1,5 millones de dólares para, como tantas ciudades en el mundo lo hacen desde décadas atrás, implementar el patrullaje aéreo en los operativos judiciales y las estrategias de seguridad. El halcón también tiene sensores infrarrojos para detectar la temperatura del cuerpo y encontrar a quienes puedan estar escondidos. El helicóptero puede hacer persecuciones que en el argot policial se denominan “en caliente”. Está dotado de una luz de alta potencia con un alcance de 70 metros a la que se le puedan adaptar filtros que permiten una mejor visibilidad a los pilotos.

La aeronave, normalmente, lleva cuatro policías (dos pilotos) y remite las imágenes que toma al comando de la Policía, en tiempo real, para que se implementen en persecuciones, operaciones candado y todo tipo de operativos. Este es un video que explica el funcionamiento del halcón, publicado en 2016, a propósito del comienzo de su operación: