Ambulancias incineradas, vías bloqueadas con hogueras, cerco de fuego contra policías. Esas son las imágenes que muestran la cruda situación que se vive en el Bajo Cauca, donde se presenta un paro minero que ya completa 10 días. Inclusive, con todo y el toque de queda y la Ley Seca establecida por decreto, continúan los disturbios que ya atemorizan a la población.
Muchos colombianos que ven las escenas juntas de los hechos violentos que se han desatado en el país en los últimos días, se declaran preocupados y horrorizados. Reclaman al presidente que apoye al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, a quien habrían dejado solo, a lo que el mandatario Gustavo Petro respondió: “hay 10.000 efectivos de la Fuerza Pública, del Gobierno nacional”.
Quema de vehículos de salud
Dos ambulancias fueron quemadas en la noche del sábado, en el municipio de Caucasia, tan solo unas horas después de que la Policía le prendiera fuego a 4 dragas que son utilizadas por la minería ilegal en la misma localidad y en el municipio de El Bagre.
Cerco de fuego a policías
Entre tanto, en el sector de Guarumo, en el municipio de Cáceres, Antioquia, un grupo de hombres, presuntamente manifestantes, intentaron quemar vivos a los soldados que se encuentran en la zona, procurando controlar los hechos violentos.
Según voceros de la comunidad, le prendieron fuego al pasto para tratar de avivar la llama y encerrarlos.
Toque de queda no los detiene
Pese al toque de queda que decretaron en los municipios del Bajo Cauca el viernes, se registraron desmanes. Seis personas resultaron lesionadas en los municipios de Tarazá y Cáceres, lo que llevó a la Gobernación de Antioquia a activar de nuevo la medida, para todo el fin de semana, con Ley seca hasta el lunes a las 6 de la mañana.
Sin embargo, en la tarde y noche del sábado no paraban los hechos violentos. Inclusive, vehículos como ambulancias, que dentro del derecho humanitario no pueden ser objeto de ataques en medio de conflictos, fueron incendiadas en el municipio de Caucasia, donde se registró un recrudecimiento de los disturbios en medio del paro minero. En uno de los vehículos de la misión médica iba una mujer en trabajo de parto.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, condenó los hechos, y sobre la quema de las dos ambulancias dijo que situaciones como esas no se ven ni en los conflictos más agudos.
Destrucción de dragas
La quema de las infraestructuras en la zona va de un lado a otro. El paro minero empezó el 2 de marzo, luego de que el presidente Gustavo Petro, según dijo el ministro del interior, Alfonso Prada, diera la orden de destruir 9 dragas que son utilizadas por la minería ilegal para la extracción de oro en el Bajo Cauca.
Desabastecimiento
La respuesta a esa decisión fue la activación de la protesta, que, desde un comienzo, arrancó con quemas y bloqueos. A medida que avanzaban los días subía la temperatura y, una comisión del Gobierno nacional se trasladó hasta el Bajo Cauca, para adelantar un diálogo.
Los hechos vandálicos seguían y los efectos del bloqueo de vías empezaron a recaer sobre la comunidad que, inclusive, estaba quedando desabastecida de alimentos y medicamentos. Según dijo Prada, hasta balas de oxígeno para pacientes con problemas respiratorios, se quedaban en la vía.
Ataque a estación de policía
Una estación de policía fue atacada en el municipio de Tarazá (Antioquia), luego de que el gobierno procediera a desbloquear la vía que permanecía tomada por los manifestantes.
El propio gobernador Gaviria mencionó que tras los hechos estaría el Clan del Golfo, mientras el ministro del interior también ha señalado que actos vandálicos como los registrados, serían ajenos a los pequeños mineros con los cuales han estado sentados en la mesa de diálogo.
AGC envían comunicado
Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) enviaron un comunicado en la noche del sábado, en el que niegan tener participación en los hechos. Se refirieron al gobernador de Antioquia, que “ha venido acusándonos de estar detrás del paro, con el objetivo de tender una cortina de humo sobre sus verdaderas intensiones de dejar sin sustento a miles de humildes compatriotas que derivan sus ingresos de la minería tradicional ancestral”.