A medida que se acercan las elecciones, los partidos políticos intensifican sus movimientos y concretan sus alianzas para llegar fortalecidos a los comicios del próximo año. Pero en medio de ese panorama, el Partido Comunes, producto del acuerdo con las FARC, se está volviendo ‘el patito feo’ con el que, por lo menos públicamente, muy pocos se quieren tomar la foto.
La aparente negativa a aparecer en el baile con Comunes ya se había vivido en las pasadas elecciones presidenciales. En esa oportunidad, cuando el partido todavía se llamaba FARC, el entonces candidato Gustavo Petro fue claro en afirmar que “la FARC no apoya a Gustavo Petro”, mientras que el exnegociador de paz, Humberto de la Calle, quien en 2018 aspiró a la Presidencia, fue claro en afirmar que “cada loro en su estaca”.
Y hasta el momento la situación poco ha cambiado. Si bien, como le dijo a este medio el candidato al Congreso de esta colectividad, Benedicto González, ya desde comienzos de año “se abrió la puerta para la participación con el Pacto Histórico y así fue evidenciado por una comunicación emitida (por esta convergencia)”, hasta el momento esto poco se ha materializado.
De hecho, el representante David Racero, quien integra el Pacto Histórico, aseguró que lo que se concretó fue un “apoyo”.
Pero el Partido Comunes, según el congresista, no tiene afán electoral, porque “ellos ya tienen sus 10 curules aseguradas; lo que han hecho es brindar su apoyo al Pacto Histórico, pero ¿para qué van a ir a plaza pública a buscar unas curules que ya tienen?”.
Sin embargo, el senador Julián Gallo, también conocido como Carlos Antonio Lozada, aseguró que la “expectativa”, más que las curules, es participar en “las consultas” presidenciales, pues es consciente de que “por las cuestiones en que fue redactado el Acuerdo (de Paz) no se pueden construir listas conjuntas al Congreso con el Pacto Histórico”.
En todo caso, como lo aseguró un representante a la cámara de Comunes, quien pidió reservar su nombre, “lo que queremos es que se nos incluya no solo electoralmente, sino en el Congreso, porque a veces hay exclusión hacia nosotros en las decisiones que se toman en la bancada alternativa”.
Pero este no es un asunto sencillo. Tomarse la foto con el Partido Comunes aún sigue significando un costo político muy alto. No se puede olvidar que, así Comunes sea un partido político integrado por excombatientes que se reintegraron a la vida civil, aún es asociado con figuras históricas de las FARC como alias Iván Márquez, El Paisa y Romaña, quienes volvieron a las armas.
Hechos como el ocurrido este martes, cuando desde la clandestinidad alias Iván Márquez aseguró que se requiere una “paz total” pero anunciando que no dejará las armas, en nada le ayudan a Comunes.
Igualmente, como lo aseguró el politólogo de la Universidad Nacional, Rodrigo Sánchez, declaraciones como las que dio Rodrigo Granda al insinuar que “los secuestrados prácticamente estaban de vacaciones en la selva” o los homenajes al Mono Jojoy, siguen creando indignación en los ciudadanos.
“Los líderes de Comunes tienen que empezar a desligarse de esos símbolos que los identificaban cuando eran una guerrilla. No se trata solo de cambiarse el nombre, sino de que simbólicamente se separen de esas construcciones negativas que traen malos recuerdos en la gente”, indicó Sánchez.
Adicionalmente, como lo explicó la especialista en ciencia política de la Universidad Sergio Arboleda, Natalia Hernández, la forma en la que se construyó el acuerdo que les permite a los líderes de esta organización estar en el Congreso y a la vez comparecer ante la justicia también les puede jugar en contra.
“El hecho de tener que reconocer graves delitos en la mañana e ir al Congreso en la tarde crea una contradicción en el ciudadano que siente que los están premiando por haber cometido delitos, lo cual no fue el objetivo del acuerdo”, indicó Hernández, quien fue clara en que “es apenas obvio que los partidos no quieran salir en la foto con los de Comunes cuando se trata de buscar votos”.
Balance legislativo
Adicionalmente, los congresistas de Comunes han tenido que pagar la ‘primiparada’ en el Congreso y, como lo dijo un miembro de la colectividad, han sido relegados legislativamente.
En materia de proyectos de ley propios, la oferta ha sido poca. Destaca, eso sí, el proyecto que establece un tratamiento penal diferenciado para los pequeños cultivadores de coca.
En materia de control político, la mayoría de los que han liderado han tenido que ver con la implementación del acuerdo de La Habana, un tema que, no obstante, ha resultado poco taquillero en el Legislativo.
A esto se suma el hecho de que pocas son las oportunidades en las que se les otorga a miembros de Comunes la posibilidad de ser coordinadores ponentes de algún proyecto, un hecho que da visibilidad.
Para completar esta ‘tormenta perfecta’ a la que se enfrenta el partido están las divisiones al interior de la colectividad.
Las fracturas han sido tan evidentes que ya hay una petición de escisión de un sector encabezado por los senadores Victoria Sandino y Benkos Biohó, quienes han hecho críticas a las directivas de la organización, en especial a Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, presidente del partido.
Comunes parece en la actualidad más preocupado por solucionar sus fracturas internas que en salir a la plaza pública junto a otras fuerzas políticas. Y los demás partidos lo tienen claro: tomarse la foto con la FARC puede quitar más votos de los que puede poner.