“Se les ha ido la mano, la lengua y la pluma. De manera despiadada han atacado a un hombre que piensa como buena parte de los colombianos (…). Han trapeado el piso con Alejandro Ordóñez de una manera miserable”. Las palabras son del exsenador Hernán Andrade, presidente del Partido Conservador, quien en la noche del martes le organizó una cena de desagravio al exprocurador, protagonista  de un buen número de columnas de opinión en los medios escritos nacionales el pasado fin de semana, que coincidían en cuestionar su reciente nombramiento como embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos. Puede leer: Alejandro Ordóñez: nuevo embajador de Colombia ante la OEA

El homenaje tuvo lugar en el salón Amalfi del hotel de la Ópera, en frente de la Cancillería y a 500 metros del Capitolio Nacional. Al desagravio asistieron algunos de los congresistas conservadores, entre ellos dos expresidentes del partido, los senadores Efraín Cepeda y David Barguil. “Hoy, el partido le rinde un homenaje, un reconocimiento y es un acto de desagravio. Es un honor que nos haya representado en la procuraduría general y ahora en la embajada ante la OEA”, dijo el exsenador Andrade. Le recomendamos: Sacar a Ordóñez de la OEA, la primera medida anticorrupción que le proponen a Duque Ordóñez, de amores y odios, fue durante siete años procurador general, hasta que el Consejo de Estado anuló su reelección y tuvo que anticipar su retiro. Fue precandidato presidencial y se midió en una consulta con Iván Duque y Marta Lucía Ramírez, a quienes acompañó hasta su elección como presidente y vicepresidenta. Opinión: De corrupto a embajador, columna de María Jimena Duzán  Su paso por la Procuraduría fue cuestionado, y sus posiciones conservadoras frente a asuntos de derechos de minorías fue tan controvertida, que el sector más progresista de la sociedad lo aborrece, pero el más conservador lo respalda.

Desde que el presidente Iván Duque decidió nombrarlo de embajador ante la OEA, Ordóñez fue blanco de críticas, y hasta una petición al presidente para que reversara su decisión, empezó a circular en la plataforma Change.org, y en pocas horas ya había superado las 200.000 firmas. En contexto: Ordóñez, un embajador incómodo Este martes, Ordóñez le sonrió a sus críticos. “Es normal, en una democracia, que haya aplausos y críticas. Las democracias son plurales”, dijo al recibir el abrazo de los conservadores.

Y aunque el exprocurador siempre se ha identificado como representante del ideario conservador, no deja de ser anecdótico que en pleno aguacero de críticas, sea el Partido Conservador el que lo haya respaldado en público. El año pasado, en los albores de la campaña presidencial, Ordóñez renunció al Conservatismo, señalando a sus dirigentes de haber sido “sumisos” frente al gobierno de Juan Manuel Santos, y de haber guardado silencio cuando las críticas lo acechaban. Opinión: A Duque no le conviene Ordóñez en la OEA, columna de Alfonso Cuellar Para el presidente del Directorio Conservador, Ordóñez siempre ha sido un hombre de bien y un representante del ideario conservador. Y el hecho que haya renunciado y presentarse como precandidato presidencial por firmas, fue solo “un préstamo sin opción de compra”. Ahora, cuando Ordóñez vuelve a capotear el temporal de las críticas, los conservadores vuelven a salir a su rescate. Un desagravio al nuevo embajador en la OEA.