Sigue siendo un misterio el color que teñirá la nueva bandera de las Farc. Por cinco días más, se atizará la discusión sobre el camino que seguirá esta nueva organización como movimiento netamente político. Después de nueve conferencias guerrilleras refrendadas en medio del asedio militar, es hora de salir de la clandestinidad.Lejos de la Manigua, en pleno corazón de Bogotá, empezaron a sesionar por cinco días, más de 1.200 excombatientes. Un delegado por cada 20 personas llegó este domingo al centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada. De Tumaco, Colinas, Mesetas, Pondores, Riosucio, Vistahermosa, Policarpa, Caldono, Corinto, Bueno Aires, Vigía del Fuerte, Ituango, Icononzo, Tibú y Tierralta, llegaron los representantes que tomarán la vocería en el congreso fundacional de las Farc."Las elecciones fueron hechas en asambleas de la familia fariana y del partido (...) el perfil de los asistentes es el que la militancia eligió. Se tuvo en cuenta por ejemplo experiencia, tiempo, capacidad y que sean persona capaz de defender en las discusiones el sentimiento del colectivo. Hay representación de cuadros y de militancia raza, por ejemplo", explicó Jairo Quintero, miembro del Consejo Nacional de Reincorporación.Haciendo honor a las palabras que enarboló Timoleón Jiménez tan pronto tomó la palabra: "Seguiremos siendo tan revolucionarios como los marquetalianos", los asistentes se fueron acomodando en el recinto con el rostro de Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas y Alfonso Cano, estampados en sus camisetas blancas.Aunque por más de dos horas se atrasó el inicio de la agenda que se tenía prevista, no fue un motivo para conseguir que su tablero político se pintara de otro color. En medio de los asistentes que ya se habían calculado, sólo se mimetizaron los invitados especiales que terminaron tomándoles la palabra en el día más importante que conmemoran desde que dejaron las armas.Voceros del PNUD como Martín Santiago Herrero, Pablo Ruiz Hiebra y Mónica Sarmiento, que vienen acompañando de cerca la instalación de la Jurisdicción Especial de Paz, hicieron presencia en el lugar. A este selecto grupo, se sumaron personalidades como Katu Arkonada (País Vasco), Pablo Monsanto (Guatemala), Carlos Fonseca Terán (Nicaragua) y Soledad Buendía (Ecuador).Después de 53 años de lucha armada, atrincherados en la Colombia rural, comenzó a tomar forma el objetivo más profundo del proceso de paz en la capital del país. Sin embargo, todavía gravitan muchos interrogantes alrededor de su tránsito a la vida puramente política y que se asocian directamente al peso o contrapeso que puedan hacerle a la izquierda en el país y cómo se alistarán para la próxima contienda en la que aterrizarán sí o sí con diez curules.Aunque el congreso constitutivo enmarca estos cinco días de discusión en la idea de "Un Gobierno de transición para la reconciliación y la paz", el país todavía no parece estar listo para inmiscuirse en tal apertura democrática. Además de los invitados internacionales, la instalación también junto a los personajes claves que permitieron llegar a este punto de inflexión: Henry Acosta, Iván Cepeda, Alirio Uribe, Imelda Daza, Jairo Estrada, Jairo Rivera, Carlos Lozano y Álvaro Villaraga.No tuvo eco la propuesta que extendieron los exjefes guerrilleros hace unas semanas a los 30 candidatos presidenciales. La única voz que se escuchó, pese a que no estuvo de cuerpo presente, fue la de un representante de Clara López. "El nuevo partido de las Farc no puede ser estigmatizado", fue el mensaje que envió al Congreso Constitutivo.Aunque las Farc se han mostrado interesadas en hacer alianzas con mucha gente, por ahora nadie quiere figurar sentado junto a ellas. Y es que durante la instalación del congreso, que se convierte en el retrato más esperado desde cuando empezó la negociación, no se vio a quienes defendieron la paz a capa y espada, como Humberto de la Calle y Claudia López. Quizá, ese fue uno de los aspectos que más llamó la atención."No extrañamos porque cada uno expresa y hace lo que le conviene. Seguramente vieron que este acto no era digno de su presencia o tal vez se podían contaminar. O por qué no, nos miran como rivales en la contienda electoral. Son tantas interpretaciones que no se puede reafirmar, sino que son conjeturas que se le vienen a uno a la cabeza", apuntó el exjefe guerrillero Joaquín Gómez.Sendero políticoEn todo sentido, la de las Farc, es una campaña cuesta arriba. El debut en las próximas elecciones presidenciales y al Congreso los coge frescos con la configuración del espíritu de su partido. Tienen un capital de base, pero la posibilidad de conquistar un nuevo electorado con la apertura del espectro no es fácil.Tendrán que hacerse a pulso y batallar para revertir, entre otras cosas, el odio que tantos colombianos profesan. "Hemos dado ya pasos importantes al asumir las responsabilidades que nos comprometen en hechos que hayan causado dolor y sufrimiento en sectores de la población afectada por nuestro accionar, y al manifestar nuestra disposición plena de acudir a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad y a la Jurisdicción Especial para la Paz a fin de ofrecer verdad", ratificó en el balance que entregó el exjefe guerrillero Iván Márquez.Además de todos los compromisos que tienen con la implementación, las Farc tendrán que tomar en estos cinco días que dura el encuentro varias decisiones que marcarán su futuro en la política y serán claves para trazar su reincorporación colectiva que vienen ya diseñando bajo el esquema de cooperativas de trabajo asociado conocida como ECOMUN.  El nombre que pregonarán, los colores, símbolos, estatutos, el programa, la plataforma que usarán y los nombres de los diez candidatos al Congreso, son los temas que tendrán que quedar resueltos para este 1 de septiembre que se haga oficial su aterrizaje en la arena política. La base de ese debate está en un documento de 46 páginas llamado ‘Las Tesis de Abril’. La proyección no es necesariamente como algunos la han querido pintar. La puja dentro del movimiento todavía está por definir y aunque se han hecho públicos documentos que configuren textualmente su corte marxista-leninista. Las cosas no son tan así. Al menos esa fue la sensación que quedó después de escuchar a Iván Márquez y Timoleón Jiménez.Nada más escuchar las primeras palabras que pronunció el exjefe máximo de la guerrilla trazó un sendero del camino por el que incursionarán. Es claro que se transformarán en una "nueva organización exclusivamente política que ejercerá su actividad por medios legales" pero esto "esto no significa que renunciemos de algún modo a nuestros fundamentos ideológicos o proyecto de sociedad", dijo.Tres fragmentos de su discurso llamaron especialmente la atención. Aunque los primero minutos del evento fueron copados por consignas que reivindicaron la ausencia de Mariana Páez, Simón Trinidad, Martín Caballero, Alfonso Cano, Manuel Marulanda y Jorge Briceño, el excomandante guerrillero recordó que "no se trata añorar volviendo la vista al pasado, sino de extraer de él la experiencia acumulada con mirar a la construcción de un futuro mejor para nuestro pueblo".Argumentó que "tenemos que tomar conciencia real de la amplitud con que debemos dirigirnos a la nación, sin dogmas ni sectarismos, ajenos a toda ostentación ideológica, con propuestas claras y sencillas. Ello deberá manifestarse en nuestro nombre, en nuestros símbolos, en nuestra actitud, en nuestra manera de tratar con la gente, en nuestras plataformas y programas".En esa misma orilla se paró el jefe del equipo negociador de la guerrilla, Iván Márquez: "tenemos la obligación de formular una propuesta de alternativa política con capacidad de interpretar y hacer suyas las aspiraciones y propósitos del presente inmediato y al mismo tiempo de ofrecer un horizonte de acción política, comprendida como propósito colectivo en permanente movimiento y construcción, hacia la superación del injusto orden social".A su juicio, se trata de un partido en el que "otro mundo es posible" y en el que debe tener cabida las aspiraciones de las mujeres. Esto, en pro de "superar de manera definitiva el régimen patriarcal existente", argumentó. Pero durante su intervención, Márquez dejó más de una pista de lo que se avecina con su aterrizaje en la arena política."Seremos partido territorial, seremos economía alternativa social territorial, seremos nuevo poder territorial", agregó. Es decir, su aspiración es ser gobierno. Aunque "no aspiramos a liderar, queremos más bien hacer parte de una construcción social colectiva, que por su propia condición debe ser verdaderamente democrática", advirtió.En este escenario, que parece ser el que más consenso tiene dentro del secretariado, buscarían atraer no solo a los sectores que votan por la izquierda, sino a otros más de centro. Una apuesta que permita blindar el acuerdo que se pactó en La Habana y permita asegurar su implementación.De hecho, la Asamblea Nacional Constituyente no es necesariamente el instrumento que está más a la mano para articular la gran convergencia ciudadana que buscan. Aunque en ese tema han coincidido sectores de todos los colores, a su juicio, "tampoco puede ser reducido a la finalidad de nuevos diseños institucionales".