En agosto de 1963 fundó la revista Vértice no porque tuviese intenciones de dedicarse al periodismo sino con el ánimo de agitar ideas y dar un testimonio sobre los problemas del país (...). Un ejemplar de la primera edición llegó a manos del doctor Eduardo Santos. Al expresidente le llamó la atención la revista y le indicó a su secretaria Isabelita Pérez Ayala que invitara a Galán a su casa de la calle 67 para hacerle toda clase de preguntas. Durante casi dos horas lo interrogó sobre los motivos por los cuales sacaba la revista; su opinión acerca del Partido Liberal, el gobierno de Valencia, la vida universitaria, El Tiempo, el MRL, las guerrillas, la Iglesia, América Latina, en fin, toda suerte de temas. Galán contestó como pudo el prolongado interrogatorio y Santos terminó el examen obsequiándole varios libros de ideas políticas y diciéndole que si llegaba a necesitar apoyo económico para sacar las futuras ediciones de la revista, no vacilara en acudir a él (...). Puede leer: Un joven que no se dejó seducir por los movimientos guerrillero En el primer semestre de 1965 publicó una carta de apoyo a Lleras, con la firma de varios miembros de su generación, como Rodrigo Lloreda, Abel Carbonell, Daniel Samper, Enrique Santos Calderón y Fernando Garavito. El expresidente Santos preguntó a Roberto García-Peña si el primer firmante de esa carta era el mismo universitario con el cual había conversado un año atrás. García-Peña le respondió que sí y Santos le indicó que llamara a Galán para proponerle que ingresara a El Tiempo para colaborar en las páginas editoriales (...). Finalmente Galán resolvió aceptar la invitación del doctor Eduardo Santos e ingresó a El Tiempo en abril de 1965, cuando se hallaba en quinto de Derecho y de Economía (...). Un mes más tarde García-Peña resolvió publicar como editorial del periódico una nota escrita por Galán, quien compartía la oficina en El Tiempo con Samper y Santos Calderón. De tarde en tarde, cada dos o tres meses, el expresidente Santos invitaba a los tres jóvenes a su casa y conversaba con ellos durante varias horas. Les hablaba de historia nacional, política internacional, la vida del periódico y Calibán, a quien Santos quería especialmente, y les refería episodios de su gobierno así como observaciones sobre diversos temas nacionales. Decía que él apreciaba profundamente a Lleras Restrepo, a quien tuvo como ministro de Hacienda, pero le preocupaba conciliar el apoyo que El Tiempo quería prestarle a su gobierno con la necesidad de mantener una línea informativa propia del periódico (...). Puede leer: Hombres así nacen cada 50 años Un día, Lleras le preguntó a Galán sobre una convención de juventudes que algunos muchachos estaban organizando. Al exponerle Galán que no conocía el proyecto pero le preocupaban las rivalidades entre los jóvenes por cuestiones de liderazgo, Lleras le dijo: “Escúcheme un consejo que no debe olvidar jamás en su carrera política: nunca vaya a una convención si no tiene motivos razonables para creer que pueda ganarla” (...). En 1966 el doctor Santos resolvió designar a Galán como su representante en la Junta Directiva de El Tiempo y confiarle los editoriales económicos que hasta agosto de ese año estuvieron a cargo de Abdón Espinosa. En aquella época las jornadas periodísticas eran agotadoras porque en el proceso de formación que el doctor Santos quería adelantar con los tres jóvenes, Samper, Santos Calderón y Galán, asumían la jefatura de redacción a partir de las 9:00 p.m. para las ediciones nocturnas de El Tiempo, de tal modo que sus jornadas efectivas eran de 16 y a veces de 20 horas diarias. Cuando Santos Calderón viajó a Francia y Alemania, las responsabilidades crecieron proporcionalmente para Samper y Galan (...).