El vandalismo que se vivió este miércoles en cinco estaciones de Transmilenio, todas en la troncal de las Américas, fue rechazado por el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, que lo calificó de actos “cuasi terroristas”, al señalar que estuvieron planificados. Horas después de que se presentaron los hechos de violencia, el alcalde dio una rueda de prensa en el Palacio Liévano en la que entregó el balance de lo ocurrido. Allí, señaló que los hechos que se presentaron no son producto de una espontánea protesta ciudadana a causa del mal servicio. “Lo que ocurrió hoy (miércoles) es vandalismo premeditado, prácticamente terrorismo”, insistió el mandatario local. Aunque no entregó nombres, el mandatario sí reclamó porque quienes causaron los destrozos no tuvieron mayor consideración con los pasajeros de los buses, “en los que había niños”. Advirtió, además, que no va a permitir más bloqueos en el sistema. Peñalosa aprovechó para cuestionar el “poco avance” que tuvo Transmilenio en los 12 años de los gobiernos de la izquierda. “Tuvimos administraciones que destrozaron el sistema”, puntualizó. Balance El balance de la jornada deja, ante todo, una profunda reflexión acerca de la manera como reclaman los usuarios del sistema, que están mayoritariamente insatisfechos con el servicio. Según los últimos sondeos, el 86 % están descontentos. Las pérdidas, claramente, terminan siendo asumidas por los habitantes de la ciudad y los usuarios del sistema. Se calcula que el costo total de los destrozos durante el bloqueo asciende a los 180 millones de pesos, entre daños en buses troncales y zonales, averías en la infraestructura. La cifra incluye también el dinero que se dejó de recaudar en pasajes. Las protestas arrancaron a la 7:16 a. m. y terminaron a las 11:30 a. m., los vándalos afectaron cinco estaciones: Mandalay, Banderas, Transversal 86, Biblioteca Tintal, Patio Bonito y Portal Américas. Los daños en las estaciones comprenden 38 vidrios de transición, ocho vidrios de puertas, una tapa protectora del mecanismo de las puertas. El costo estimado de sólo estos daños es de 30 millones de pesos. En total se reportaron 60 buses averiados por vandalismo: 53 articulados, por 75 millones de pesos. A estos se suman siete buses zonales averiados con costos cercanos a cuatro millones de pesos. En total la Policía de Bogotá detuvo 70 personas por alteraciones del orden público, 64 hombres y seis mujeres, además de 15 menores de edad aprehendidos. Además 12 personas fueron valoradas y atendidas por ambulancias en el sitio. Siete personas fueron remitidas a centros asistenciales al igual que siete policías.