Hay una anécdota que podría resumir la entrañable relación de los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez. Desde muy niños, cuando usaban pantalones cortos, cada vez que les preguntaban a qué se iban a dedicar cuando grandes, cada uno contestaba siempre de la misma manera. El joven Álvaro no dudaba en afirmar: “presidente de la República”. Santiago lo miraba y también respondía sin dudar: “yo, hermano del presidente de la República”.Son los dos mayores entre los cinco hijos del ganadero Alberto Uribe Sierra y Laura Vélez Uribe. María Isabel, María Teresa y Jaime Alberto, quien falleció en el 2001, completaban la familia que se levantó en el municipio antioqueño de Salgar.Y si hay un día que marcó la vida de ambos fue la tarde del 14 de junio de 1983. En Guacharacas, la hacienda de la familia en San Roque (Antioquia). Según la versión de Álvaro Uribe, “cerca de 12 hombres del llamado frente 36 de las FARC asesinaron a mi padre durante un intento de secuestro. Le dispararon dos veces; una en la garganta, otra en el pecho, el disparo que lo mató”. A las 4 de la tarde de ese día Alberto Uribe se encontraba con su hija María Isabel, que fue rescatada por una maestra, y por Santiago, que resultó gravemente herido. “Santiago permaneció varios días en estado crítico en el hospital; fue un milagro que hubiera sobrevivido”, continúa Álvaro Uribe con su relato (‘No hay causa perdida’, editorial Penguin).De aquella tarde a Santiago le quedó una marca de por vida. Perdió uno de los dedos de su mano derecha. La que siempre extiende al saludar. En ese momento, mientras su hermano Álvaro iniciaba su carrera política, Santiago se quedaría en el campo administrando el negocio ganadero de su padre.Santiago le heredó la afición por los toros de lidia. En 1984 se asoció con el empresario antioqueño Manuel Santiago Mejía y fundaron la ganadería La Carolina, en la hacienda del mismo nombre, ubicada en Santa Rosa de Osos. Allí también alimentó su otra pasión, los caballos de paso. Hizo fama de buen adiestrador y por varios años dirigió la asociación de criadores de caballos de paso fino, Asdesilla. Por esos años las pocas veces que apareció en televisión era cuando indultaban toros de su ganadería en las ferias taurinas del país.Mientras Santiago ganaba prestigio con su ganadería La Carolina, ese nombre empezaba a estar relacionado con asesinatos en la zona entre Yarumal y Santa Rosa de Osos. Los hechos que hoy lo tienen detenido se remontan a los años 1993 y 1994. Su presunta participación en la confirmación de un grupo paramilitar denominado los ‘Doce Apóstoles’. Las denuncias contra Santiago Uribe empezaron en 1997. Ese año rindió interrogatorio por la conformación del grupo paramilitar de los ‘Doce Apóstoles’, que incluso se decía que recibía entrenamiento en la hacienda La Carolina. Se le abrió un proceso, pero dos años después, en 1999, fue archivado por falta de pruebas. Parecía que se cerraba un oscuro capítulo.El 2002 fue el año en el que los hermanos Uribe Vélez cumplieron sus sueños de niño. El 7 de agosto Álvaro Uribe se convirtió en presidente de la República y Santiago en el hermano del presidente. Muchos dejaron de llamarlo por su nombre y lo identificaban primero por esta nueva condición, la cual le permitió vivir ocho años sin que la justicia persiguiera sus pasos.El proceso en su contra se reabrió cuando pasó a ser el hermano de un expresidente. En el 2012 el mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses Quintero habló desde Buenos Aires, Argentina, sobre los ‘Doce Apóstoles’ grupo que definió como de “limpieza social” y financiado, al parecer, por ganaderos y comerciantes del norte antioqueño. Álvaro Uribe ya era expresidente y opositor del gobierno de Juan Manuel Santos.Santiago Uribe fue llamado a nuevos interrogatorios en la Fiscalía, mientras otros testimonios de jefes paramilitares como Salvatore Mancuso y ‘Don Berna’ también lo relacionaron con el paramilitarismo.En Medellín, buena parte de su círculo cercano presentía desde hace mucho tiempo una posible captura. Hace un año, el 8 de febrero del 2015, La Carolina lidió su última corrida. Santiago Uribe decidió vender la ganadería que tras 34 años había sido su actividad. Se especulaba que abandonaría el país, que buscaría refugio en el exterior. No fue así. Se le siguió viendo con su sombrero aguadeño por Medellín, Santa Rosa de Osos, Manizales. A Isabel, a la que que adoptó, le prometió que no saldría corriendo, porque se veía inocente. Pese a su fuerte temperamento, Santiago Uribe es de sonrisa fácil. Hace dos semanas lo vieron en público en su sitio de siempre, en el callejón de la Plaza de Toros de Medellín. Ahora la imagen que conoce el país de Santiago es sentado en la Fiscalía, viendo su celular y sin su sombrero, lo cual es toda una rareza. Un golpe al corazón del expresidente Álvaro Uribe. No se trata de un exfuncionario de su gobierno, sino del más querido de sus hermanos. Ese que de niño quería ser hermano del presidente de la República.