Los sectores aledaños al centro comercial Calima (ahora Mall Plaza NQS), sobre la carrera 30 con calle 19, cerca del centro de Bogotá y la plaza de mercado Paloquemao, durante las últimas horas del martes fueron testigos del robo de una lujosa camioneta, la cual, según informes preliminares, tenía una considerable suma de dinero en su interior.

En consecuencia, se produjo la búsqueda de los asaltantes mediante una persecución en la que el vehículo resultó en Las Américas con carrera 36, a varios kilómetros del centro comercial.

A pesar de que apareció la camioneta, de marca Toyota, autoridades informan que no hay rastro del dinero.

De acuerdo con declaraciones de los comerciantes, el dinero se encontraba guardado en unas bolsas negras para evitar sospechas o actos fraudulentos, como el que les sucedió. En Blu Radio se detalla que los talegos tendrían un chip para monitorear el movimiento a través de una señal que funciona con satélite.

Fue así como, con dicho chip, autoridades y comerciantes lograron llegar hasta el sector de la avenida Américas. Autoridades custodiaron la zona y comenzaron a llevar a cabo sus labores correspondientes en torno a la investigación del hurto, mientras que el Halcón de la institución de la Policía Metropolitana de Bogotá sobrevoló la zona en búsqueda de las mencionadas bolsas, las cuales se estiman que tenían, al menos, más de 350 millones de pesos.

Por ahora, la investigación sigue en curso para determinar si dicha cantidad de dinero es existente y, en efecto, aún permanece en alguna localidad de la capital, para dar con los responsables de un acto más que se sumaría a la inseguridad en Bogotá.

Por otro lado, en una especie de tormenta política se convirtió la peculiar protesta que adelantó el concejal de Bogotá, Juan Javier Baena, del Partido Nuevo Liberalismo, cuando en la mañana de este martes 6 de septiembre llevó a la plenaria del Concejo dos maniquíes embolsados como protesta a la fuerte ola de inseguridad y criminalidad que afecta a la capital del país.

Los 45 concejales estaban citados a partir de las 9:00 a. m. para adelantar un debate de control político a la Administración Distrital, para que el secretario Aníbal Fernández de Soto respondiera por los recientes hechos en los que 23 personas han sido asesinadas, masacradas y abandonadas en diferentes puntos de la ciudad.

Los maniquíes fueron ubicados en la curul del concejal del Nuevo Liberalismo, Juan Baena, y en el espacio en el que se ubicaría el secretario Fernández.

En diálogo con SEMANA, el concejal Baena dio detalles de su protesta: “En Bogotá no paran de aparecer personas que son asesinadas, que meten en bolsas de basura, que aparecen descuartizadas, con tiros de gracia y signos de tortura y es la hora que no tenemos resultados”.

De acuerdo con el cabildante, esta ola de inseguridad ya habría ocasionado la salida de los responsables en otra parte del país o del mundo, pero en Bogotá no.

“En otras latitudes esto habría tenido un eco gigantesco que hubiera puesto a tambalear, a renunciar, a apartarse de su cargo, a las personas encargadas de la seguridad, pero eso no pasa en Bogotá, aquí hemos normalizado la violencia”, reseñó.

Hay que decir que a pesar de las acciones que han tomado los entes de control y las autoridades, la situación no cesa.

En consecuencia, el temor por la vida se está convirtiendo en una constante para las personas que residen en Bogotá, principalmente estudiantes y trabajadores, quienes salen de sus hogares temprano en la mañana y vuelven hasta las últimas horas de la noche.