SEMANA: usted formó parte de los congresistas que asistió al encuentro Petro-Uribe, ¿qué pasó después de la reunión?

JUAN ESPINAL (J. E.): después de la reunión no hemos vuelto a tener contacto de manera particular con el doctor Alfonso Prada, jefe de debate del presidente electo. Recuerde que una de las peticiones que salió de la reunión fue una relación directa entre el expresidente Álvaro Uribe y el electo Gustavo Petro. No sé si ellos han seguido dialogando. Nosotros aquí estamos pendientes de arrancar el 20 de julio con una oposición constructiva como se lo dijimos al país.

SEMANA: ¿cómo le ha parecido los anuncios recientes de Gustavo Petro y su gobierno?

J. E.: yo creo que un gobierno que inicia no puede generar incertidumbre y miedo o desesperanza. Al contrario, la bandera de Petro era del cambio, primero cuando veo un gabinete como el que está conformando -él está en todo su derecho-, no representa a la juventud y esa juventud reclamaba un cambio seguramente con figuras nuevas, frescas, que no fueran parte de la política tradicional. Ahora, los titulares que dan los ministros, no sé si de manera ligera, me preocupan mucho. Lo digo especialmente por la ministra designada de Medio Ambiente, quien de manera tajante dice no al fracking. A ella hay que recordarle que desde 2002 en el país se está analizando jurídicamente y técnicamente el fracking. Hoy tenemos dos pilotos que fueron avalados por el Consejo de Estado la semana anterior. A ella hay que decirle que si en Colombia no se sacan adelante estos dos pilotos, ellos no tendrán herramientas técnicas para definir si se puede o no hacer fracking. Recuerdo muy bien que el doctor Gustavo Petro me dijo cuando se reunió con el expresidente Uribe que todas sus decisiones serían con evidencia técnica. Entonces, yo espero que haya evidencia técnica, no ideológica y menos política.

SEMANA: ¿qué otro ministro le preocupa?

J. E.: me preocupan las declaraciones de la ministra de Agricultura, Cecilia López. Ella se equivoca al amenazar a nuestros empresarios y campesinos que tienen ganado y viven de esta actividad económica. Yo le mando un mensaje. En Colombia, de acuerdo con el último informe publicado el 27 de junio de este año, hay 243.000 hectáreas de coca. Ministra, analice qué hacer para recuperar esas 243.000 hectáreas y las ponemos a producir. Uno no mata el pollo aliviado para darle el caldo al enfermo. El nuevo gobierno pareciera que quiere asfixiar a los empresarios del campo con impuestos altísimos, y lo dice muy bien la ministra: cuando no lleguen a acuerdos para quitarles las tierras y entregarlas a los campesinos para que sea productiva o entregarlas a los exguerrilleros, como dijo Gustavo Petro. A él le gustaría ver a los exguerrilleros como capitalistas o empresarios del campo. Creo que están muy equivocados.

SEMANA: la ministra habla de actualizar el catastro multipropósito en las zonas rurales para que los campesinos paguen impuestos justos.

J. E.: actualizar el catastro multipropósito en Colombia, como lo ha dicho la ministra Cecilia López, vale 200 billones de pesos. ¿De dónde saldrá el dinero? Lo que le propongo a la ministra es que dejemos el romanticismo, aterricemos la realidad, fortalezcamos a nuestros empresarios del campo y no sembremos odios de clase, por Dios. Cuando ella señala directamente a los ganaderos los está estigmatizando. Lo que tendría que hacer ella es con el próximo ministro de defensa mirar cómo recuperar las más de 200.000 hectáreas de coca. Ahí hay una oportunidad de poner a producir esta tierra y bajarle al miedo que están produciendo con sus declaraciones.

SEMANA: conclusión: ¿el gobierno de Petro debería empezar primero por recuperar esas más de 200.000 hectáreas y ponerlas a producir?

J. E.: sin duda. Un tema importante: el cannabis, falta reglamentación, ahí hay una gran oportunidad: sustituir cultivos de coca por cannabis medicinal. Ahí está la oportunidad: 243.000 hectáreas de coca que se están perdiendo, que se pueden recuperar y ponerlas productivas y no amenazar a nuestros empresarios del campo diciéndoles que les impondrán impuestos altos para terminar confiscando las tierras.