El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, está dispuesto a enfrentar la revocatoria y así lo dejó ver en su cuenta de Twitter. Allí señaló que su mandato “progresista” no debe “tener temor a las urnas”. Petro, quien en la red social defendió las decisiones en su primer año de gobierno, dijo: “No me disgusta la idea que tengamos nuevas elecciones este año”. Luego de conocer que el representante Miguel Gómez y un grupo de ciudadanos presentaron la solicitud a la Registraduria Nacional para que se le revocara el mandato, Petro afirmó que es más transparente el camino de las urnas para definir la política, “que el de acciones en escritorios oscuros para frenar un mandato”. Incluso, no descartó que los bogotanos los apoyen. “Si nosotras y nosotros, el progresismo, gana, pues por segunda vez refrendaremos el camino de una Bogotá más democrática y justa (...) En cambio, si los que promueven la recolección de las firmas logran su objetivo, “pues tendrán la opción de devolver la ciudad a modelos anteriores”. Lo que viene Para que se pueda iniciar el proceso, Gómez y el comité promotor que adelante la iniciativa necesitan recoger el 40% de las firmas del total que sacó el hoy alcalde en las elecciones de octubre del 2011. Petro obtuvo 723.157 votos, por lo que necesitarían 289.263 firmas que avalen la iniciativa. Culminado ese proceso, los promotores tendrán que hacer una campaña masiva para que al menos el 55% de los bogotanos que sufragaron por todos los candidatos en las elecciones para alcalde de Bogotá (1.234.214) salgan a las urnas y voten por la revocatoria. De este número la mitad más uno deben decirle sí a la salida del alcalde. Es decir, el voto por el sí debe alcanzar 617.107. El tema no es fácil, pues, según la Registraduria, desde cuando se creó este mecanismo, en 1994, ningún alcalde o gobernador ha sido revocado. La razón: los porcentajes para que se solicite la salida de un mandatario regional son muy altos.