Rodolfo Hernández y Gustavo Petro no son enemigos, solo adversarios políticos, dos figuras cuya relación pasó de la cercanía a la tiranía una semana antes de la primera vuelta presidencial, cuando el líder de izquierda empezó a ver al santandereano como una amenaza en su carrera por la Casa de Nariño.

Petro siempre vio en Hernández un político con potencial electoral. De hecho, le gustaba cómo se comunicaba con la ciudadanía. Por esto, no dudó en tenerlo a su lado, tal como intentó con Alejandro Gaviria, cuando gran parte del país creía que amasaba un caudal electoral.

Tras las diferencias entre ambos, Rodolfo Hernández ha pronunciado varias veces la misma pregunta: ¿ya no le sirvo, doctor Petro? Además, ha venido poniendo al descubierto una serie de encuentros que sostuvo al comienzo de la campaña presidencial con el líder de izquierda.

En diálogo con la directora de SEMANA, Vicky Dávila, la periodista le preguntó si Petro le había ofrecido la Vicepresidencia y Hernández respondió: “Él me ofreció cielo y tierra”.

En medio de la entrevista, que se convirtió en el texto principal de la revista impresa que está en circulación este fin de semana, el constructor agregó que Gustavo Petro siempre fue a las reuniones con Gloria Flórez Schneider (hoy senadora del Pacto Histórico).

“Ella es de aquí (Santander), es amiga mía, la quiero. Fui a las reuniones con Gustavo, con gusto, no lo conocía. La primera fue como distante y fría. Las otras fueron muy cordiales. Él me pidió: ‘Rodolfo, tráigame los que le hacen la comunicación: a Hugo y Guillermo’. Los llevé, hicimos el almuerzo, fui con mi hijo Rodolfo José. Un almuerzo delicioso de comida criolla. Y tengo entendido, no pregunté: fue donde una viuda del M-19, en el barrio Nueva Santafé, en Bogotá. Almorzamos rico, sabroso y hablamos. Yo no tengo ninguna mala imagen de Petro”.

En los encuentros, Gustavo Petro le decía “usted y yo somos invencibles”, le relató Hernández a SEMANA.

Entonces, ¿cómo pasó Rodolfo Hernández de convertirse en un apetecido político de Petro a ser señalado por el candidato de izquierda como corrupto, uribista, facista o adorador de Hitler?

“Bueno, porque allá está Benedetti, que le da casquillo. Voy a decir una cosa, que de pronto no sé si le guste a Colombia. Creo que él es un hombre bueno, pero tiene unas joyitas que llevó, creyendo que con eso me ganaba, a desprestigiar, a levantar falsos testimonios. La gente ha rechazado eso”, respondió.

Rodolfo Hernández ha disparado señalamientos contra Armando Benedetti y Roy Barreras, y no lo ha hecho frente a Petro.

“Creo que él está asustado y motivado por pasiones que no vale la pena que le conteste. ¿Para qué me desgasto en eso? A mí lo que me interesa es convocar a mínimo 12 o 15 millones de colombianos para que voten por mí y tener un mandato claro. Eso es lo que necesitamos. No la agresión, con eso no gana el pobre. El pobre gana es con la buena administración de la chequera”, manifestó.