El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, dijo que propondrá al presidente Juan Manuel Santos que autorice crear en la capital centros para el consumo controlado de drogas para adictos, según dijo en una entrevista publicada el domingo en el diario El Tiempo. "Es un plan que, advierto y repito, no vamos a hacer si el gobierno nacional no autoriza", destacó en la entrevista. "Nosotros deberíamos permitir unos centros para adictos que hagan el tratamiento, no solamente con drogas que quiten la ansiedad sino que incluso el adicto pueda consumir relativamente controlado, sin provocar daño a la sociedad", señaló Petro, según la entrevista. Explicó que la motivación de esta sugerencia es que "buena parte de la violencia y la criminalidad que aún quedan en la ciudad tiene una derivación del consumo y tráfico pequeño de drogas". La creación de centros de consumo controlado de drogas se haría como plan piloto en las áreas más violentas de la ciudad, que, según fueron identificadas por Petro, están ubicadas en el sur y en el oeste. Según el último reporte oficial, los homicidios en la capital colombiana disminuyeron 19% entre enero y julio en comparación al mismo periodo del 2011, cuando se registraron 885 asesinatos. La reducción de este tipo de crimen en Bogotá, la cifra más baja en 40 años según el mismo alcalde, se debe entre otras razones a la restricción del porte de armas de fuego con salvoconducto que rige en la ciudad desde el 2 de febrero por mandato de su gobierno. El gobierno de Santos se ha caracterizado por encabezar las discusiones regionales sobre maneras alternativas de combatir el tráfico y consumo de drogas, entre ellas la posibilidad de despenalización bajo ciertas condiciones. Estas posiciones le han costado fuertes críticas de parte de algunos líderes colombianos como su antecesor el exmandatario Álvaro Uribe (2002-2010). En Colombia, según ratificó en junio pasado la Corte Constitucional, un consumidor de drogas debe recibir tratamiento y no debe ir a la cárcel si es sorprendido portando una dosis mínima de marihuana (20 gramos) o cocaína (un gramo).  AP