SEMANA: Ustedes han puesto en evidencia un problema que se veía venir: la recolección de firmas. ¿Qué está pasando?
Rafael Martínez (R. M.): La Registraduría, cuando expidió la resolución del calendario electoral, lo hizo en el marco de la pandemia. Debió prever para los grupos significativos y de ciudadanos que la recolección de firmas iba a ser distinta. Antes, de diez solicitudes firmaban cinco o seis personas; ahora son dos o tres. La gente no quiere tocar el lapicero, el portahojas, y cuando le echas alcohol para la desinfección, se moja la mano, la hoja, en fin... Entonces, la Registraduría no previó esa restricción. Los grupos significativos estamos en desventaja, no hay unas reglas de juego que nos generen condiciones de igualdad a los partidos políticos. Ellos, el próximo 13 de diciembre, inscribirán sus listas sin ningún problema, mientras nosotros tenemos que luchar contra la restricción en medio de una pandemia. Realmente no hay garantías, no hay condiciones.
SEMANA: ¿Cuántas firmas tienen que recoger? ¿Les alcanza el tiempo para lograrlo?
R. M.: Tenemos que recoger 50.000 firmas válidas, es decir, entre todos tendríamos que recoger 500.000 para que en el proceso de depuración queden las 50.000 válidas.
SEMANA: ¿Le preocupa que la Registraduría le diga que tiene la razón, pero no están preparados con tecnología?
R. M.: Entonces que quede constancia y hay que decirlo con claridad: la Registraduría nos dejó en desventaja, en desequilibrio, es decir, no hay democracia cuando lo que es igual no es ventaja. Para nosotros no es igual inscribir una lista como lo van a hacer los partidos el 13 de diciembre. Igual lo vamos a hacer, vamos a salir a buscar las firmas.
SEMANA: ¿Qué puede pasar si la Registraduría les niega la petición? ¿Qué pasará con Fuerza Ciudadana?
R. M.: Les hacemos un llamado a todos los grupos significativos de ciudadanos a que nos solidaricemos, a que nos unamos en esta petición, a que busquemos igualdad de condiciones. Esta fuerza política que viene de las regiones hace un llamado a todos los grupos significativos para que nos unamos en una sola voz y le pidamos a la Registraduría que habilite la captación de la firma electrónica. ¿Cómo es posible que un ciudadano no pueda simplemente avalar a un grupo ciudadano con una firma digital para que se inscriba?
SEMANA: Usted ha indagado. ¿La Registraduría tiene el sistema operativo para garantizar las firmas electrónicas? El problema es el tiempo…
R. M.: La Registraduría desde 2011 ya hablaba de modernizar las plataformas y en varios conceptos se ha pronunciado sobre la necesidad de avanzar y modernizar los procesos electorales. Son conscientes de que es un mecanismo necesario y nosotros hablando con ingenieros de sistemas hemos conocido que no es complejo, no es costoso, no es un tema de años ni meses, es simplemente transferir o buscar la transferencia de una plataforma que ya exista y habilitarla para los grupos significativos de ciudadanos. Se puede hacer, solo se necesita voluntad política.
SEMANA: ¿Usted habló con otras campañas y están en igual condición? ¿Están colgados con las firmas?
R. M.: Nosotros hablamos con varios movimientos; ellos presentaron tutelas, pero se las negaron porque ahí estaban buscando amparar un derecho individual. Nosotros hemos ido con una acción popular y hemos pedido medidas cautelares porque estamos hablando de un bien colectivo, del derecho de la ciudadanía a participar en democracia. Radicamos la acción el viernes pasado, esperamos que en tres días la admitan y se decreten las medidas cautelares que hemos solicitado.
SEMANA: Por último, ¿de qué magnitud es el temor de la gente en las calles a la hora de firmar?
R. M.: Estamos recogiendo firmas, lo hemos hecho en el pasado. Recuerden que Fuerza Ciudadana la primera vez se eligió por firmas, yo lo hice así, también Carlos Caicedo. De cada diez personas que abordábamos, firmaban seis; hoy son dos o hasta tres. Hay gente que quiere firmar, pero plantean temor y miedo al contagio.