Una de las consecuencias de la salida de Cambio Radical del Gobierno tuvo mayor impacto en la Cámara de Representantes. La presidencia de esa corporación está en manos de Rodrigo Lara, producto de los acuerdos de la Unidad Nacional en 2014. En teoría, el Gobierno tendría un aliado. Ahora, con la decisión del partido de Germán Vargas Lleras de romper con Juan Manuel Santos, la presidencia de la Cámara quedó en manos de un partido que pasó a la oposición.El Gobierno le ha restado trascendencia a las consecuencias. El ministro Guillermo Rivera asegura que cuenta con las mayorías para implementar el proceso de paz en el Congreso, y que no le harán falta los votos de Cambio Radical. Pero en la Cámara de Representantes hay motivos suficientes para que el Gobierno prenda las alarmas.Este miércoles fracasó un nuevo intento por debatir la reforma política, acordada en La Habana con las Farc. Es un proyecto que pretende modificar las reglas electorales para depurar el ejercicio de la política, y cuyas disposiciones se necesitan con urgencia para las elecciones del 2018. Este proyecto lleva tres semanas frenado.30 representantes responsabilizaron al presidente Rodrigo Lara de “dilatar” el trámite de la implementación de la paz por intereses políticos, más aún cuando Cambio Radical salió del Gobierno precisamente por su oposición a la justicia especial para la paz.Congresistas de todos los partidos firmaron una carta y se la dirigieron a Lara en la que le manifestaron sus preocupaciones en la implementación de la paz, y en la que le pidieron apartarse de la presidencia de la Cámara para facilitar la aprobación de tres proyectos relacionados con la paz.“No obstante su postura de abierta oposición a la totalidad de la reforma política y el reciente anuncio de la colectividad que usted representa de oponerse a la ley estatutaria de la JEP y a la reforma constitucional que crea 16 circunscripciones especiales de paz, nos hace pensar que estas respetables posturas lo van a motivar a usted, desde la presidencia de la Cámara, a dilatar las discusiones y votaciones para evitar su aprobación o, al menos, para demorar las mismas y hacer, en el caso de la reforma política y las circunscripciones especiales de paz, inaplicables sus disposiciones para el debate electoral del 2018”, manifestaron en la carta.“Usted no le da orden a los debates dando pie a la anarquía de las discusiones aparentando con ello una actitud garantista, lo cual daría lugar a una vulneración a la función establecida para la presidencia de la cámara establecida en el reglamento del Congreso”, denuncian los parlamentarios.También aseguran en la carta que Rodrigo Lara se ha negado a convocar plenarias en las horas de la mañana a sabiendas que las comisiones no tienen temas más importantes que tratar.“En ese orden de ideas y apelando al talante demócrata que usted siempre ha dicho tener, comedidamente le solicitamos apartarse para el trámite de los proyectos atrás mencionados, de las funciones de Presidente y ocupar su curul de representante para desarrollar legítimamente la oposición por Cambio Radical”, piden los representantes en la carta."Es evidente que hay un sabotaje total al fast track y a la votación de la reforma política. Por eso pedimos que el señor Rodrigo lara se haga aun lado y no presida las votaciones porque está trabando estos proyectos", aseguró Alirio Uribe (Polo), uno de los firmantes. “No estoy para ceder a los intereses de las Farc” El presidente de la Cámara, Rodrigo Lara, dejó entrever que no renunciará a presidir los debates de los proyectos de implementación de la paz, y además señaló a una “ruidosa” coalición de izquierda y exguerrillas, que tiene “muchos intereses” en la reforma política, de culpabilizarlo.“Entiendo la preocupación del Partido Verde, del Polo, de Sergio Fajardo, de Juan Fernando Cristo y de las Farc. Ellos tienen muchos intereses afincados en el buen suceso de esta reforma. Esta es una reforma hecha para facilitar la creación de una coalición de izquierdas y ex guerrilla que es sueño para enfrentar las elecciones. Si el ministro del Interior no logra convencer a su bancada que vote esta reforma es o porque no tiene poder sobre ellos, o no tiene capacidad de convocatoria, o porque a la gente no le gusta esta reforma”.