La exsenadora Piedad Córdoba rompió el silencio emitiendo un comunicado a la opinión pública en respuesta a las acusaciones en su contra que la vinculan con la llamada Farcpolítica.
La exparlamentaria afirmó que los “detentadores del poder” están utilizando viejas “recetas” para arrebatar o empañar el triunfo del Pacto Histórico de 2022.
“Las amenazas de magnicidio y de fraude electoral están al orden del día, al igual que la guerra jurídica y el linchamiento mediático contra quienes integramos esta alternativa de gobierno. Basta ya de persecución política”, dijo Córdoba.
Además, exigió que tanto ella como su familia tengan todas las garantías para las elecciones y poder ejercer su derecho de hacer política.
“Soy mujer, negra y de izquierda, comprometida con la paz total y con la integración latinoamericana. Jamás he ocultado mis opiniones ni simpatías políticas, pero ello no avala a quienes han sido enemigos de mis banderas sociales a cercenarme mi derecho a hacer política. Aun no logro entender el porqué del ensañamiento en mi contra desde tantos sectores reaccionarios para impedir que pueda hacer política. No he cometido delito alguno, por el contrario entregué toda mi carrera política para conquistar la paz y los cambios sociales”, dice la exsenadora en su comunicado.
También afirmó que ha sufrido de varios montajes judiciales, entre los que incluyó el más reciente que la vinculan con las Farc, y especialmente se refirió al que sostiene la magistrada Lombana en la Corte Suprema de Justicia.
Además, afirmó que frente al informe de Ricardo Calderón en Noticias Caracol, esta no es la primera vez que aparecen “falsos testigos en su contra” antes de unas elecciones.
“Durante mi última campaña al Senado de la República en 2010, se fabricó un auténtico “falso positivo” judicial en mi contra, con la participación del mercenario internacional que decía llamarse Viktor Tomyuuk, alias “El Ucraniano”. En 2017 mientras recogía firmas para lanzarme a la presidencia, se me realizó una operación de entrampamiento a través de la confesa estafadora Giselle Jaller Jarbour, alias “La Mona Jaller” quien se me presentó supuestamente a nombre del gobierno de Trump para mediar en la liberación de Simón Trinidad. En 2018 en medio de la campaña presidencial, el colaborador de la DEA, Marlon Marín Marín, sembró falsas pruebas en mi contra dentro de la operación de falso entrampamiento contra los negociadores de paz de las FARC-EP y del Gobierno Nacional”, explicó.
La exparlamentaria también se refirió al testigo en su contra Andrés Vasquez, quien trabajó con ella hasta ser destituido y afirmó que nunca le delegó alguna representación comercial y que este utilizó su nombre para lucrarse y entablar “negocios con algunos empresarios.
“Luego de residir en Venezuela, extrañamente Vásquez vive protegido en el estado de Florida, lugar donde posee costosas propiedades y negocios. Desde allí ha servido de supuesto testigo en mi contra, siendo la principal fuente periodística del libro de su amigo Gerardo Reyes. Luego de mi adhesión al Pacto Histórico, reapareció el pasado mes de octubre haciendo declaraciones sin fundamento alguno en la diligencia citada por la Corte Suprema de Justicia, sin la participación de mi defensa”, contó.
Además, afirmó que Vásquez no cuenta con las 17 pruebas que prometió a la Corte en su contra y que ha utilizado el espacio mediático para lincharla y afectar su buen nombre.
En cuanto al tema de la Farc-política con la que la relacionan, afirmó que “nunca hice parte de la organización armada y no tenía posibilidad de incidencia alguna en sus decisiones político-militares. Mi contacto con las FARC-EP, avalado por dos estados, se da en el marco de la búsqueda de un intercambio de prisioneros acorde al DIH y de gestos humanitarios unilaterales. Las FARC me dio flores en las fotos que todos vieron, pero no me dieron ni bienes, ni dinero, ni curules, ni votos, ni Premios Nobel”.
En cuanto al tema de Álex Saab Morán, afirmó no haberse involucrado en ningún negocio, ni legal ni ilegal con él y que las relaciones que Vásquez hay tenido con Saab no la vinculan en ningún modo a ella.
“El mito de mi madrinazgo con Alex Saab en Venezuela es un chisme inventado que carece de prueba alguna. No existe documentación que permita siquiera insinuar tal relación. Mi vida es un libro abierto y sometido al constante escrutinio público”, explicó.
Finalmente, aseguró que no ha tenido ninguna relación con el gobierno venezolano en cuando a trámites o negocios a pagos a empresas colombinas y que en el caso de la captura de su hermano Álvaro Córdoba, solicitado en extradición por narcotráfico por Estados Unidos, piensa entregar pruebas “para demostrar que forma parte de la persecución política sistemática, contra todos mis allegados y contra mi participación en el Pacto Histórico”, concluyó.
Este es el comunicado completo: