El sociólogo francés Daniel Pécaut es uno de los extranjeros que mejor conocen la historia de Colombia. Su extenso trabajo académico le ha permitido convertirse en una voz autorizada respecto a las relaciones políticas y sociales del país, al punto de ser considerado un colombianista en toda ley. Habló con Semana.com sobre el acuerdo final y el posconflicto.Semana: ¿Cómo ve el acuerdo de paz?Daniel Pécaut: Creo que el acuerdo es fundamental, es un éxito. Es un hecho sumamente importante. Una vez dicho eso, se van a dar muchos problemas con la implementación del acuerdo que van a ser muy complicados y tomarán mucho tiempo.Podría consultar: "Colombia vive sin saber lo que quiere", entrevista con Daniel PécautSemana: ¿Por qué cree que hay sectores escépticos respecto al proceso?D.P: A veces se ve tanto escepticismo porque la gran mayoría de quienes se oponen ha vivido en las ciudades, y por tanto no han sufrido el conflicto. En segundo lugar, creo que hay un miedo a lo desconocido. Ese miedo no es que las FARC alcancen a tomar una fuerza política grande, sino que alcancen una presencia en los movimientos sociales y que esto ayude a una polarización social por los problemas no resueltos de hace décadas.Semana: ¿Cómo ve la polarización entre el Sí y el No?D.P: Es una polarización algo sorprendente ya que en las visiones económicas o sociales no hay tantas diferencias entre los uribistas y los santistas. Me parece que la polarización viene del hecho de que el proceso pueda desembocar en reivindicaciones sociales fuertes más allá del problema de la participación política de las FARC.Semana: ¿Qué opina de la impunidad de la que hablan los promotores del No?D.P: El tema de la impunidad que utilizan los uribistas me parece un tema extraño puesto que el sistema de justicia transicional es mucho más riguroso que el que se ha dado a la salida de otros conflictos armados. Además, es sorprendente la posición del No en contraste con el apoyo internacional. La votación del No significaría un aislamiento internacional para Colombia.Semana: Organizaciones como Human Rights Watch critican el acuerdo.D.P: Si bien lo critican, yo creo que la inmensa mayoría de las ONG de derechos humanos aprueba los acuerdos. No hay que considerar que la voz de HRW es la voz del conjunto de los organismos defensores de derechos humanos.Le sugerimos: "Lo que más asusta en Colombia no son las Farc sino el populismo"Semana: ¿En qué se diferencia la Ley de Justicia y Paz con el acuerdo actual?D.P: El balance de la Ley de Justicia y Paz es muy regular en el sentido de que ha habido muy pocas condenas a criminales que reconocieron crímenes y estas condenas tardaron mucho tiempo. Se espera que la nueva jurisdicción sea más ágil.Semana: ¿Cómo ve el tema de la reconciliación y la reconstrucción del tejido social?D.P: Es un desafío. Lo primero es asegurar que las instituciones se hagan presentes en muchas partes del territorio por temas como el narcotráfico. Segundo, creo que es fundamental la posibilidad de definir proyectos de reconstrucción en que participe la población para definir visiones de futuro hacia la construcción de Colombia. Eso les toca tanto al Gobierno como a las comunidades. La reconciliación es eso, pero no va a ser nada fácil; se conocen zonas donde los exguerrilleros o ex paramilitares no son bienvenidos. Hay mucha desconfianza, mucho miedo en esas zonas.Semana: ¿Cómo asegurar que el Estado llegue antes que otras organizaciones armadas a los territorios en donde están las FARC?D.P: Es una apuesta. No se puede asegurar. Por eso digo que el proceso abre un período de muchas incertidumbres. Eso es un peligro muy grande y no se puede asegurar la presencia del Gobierno, pues los resultados del acuerdo serán paulatinos.Puede leer: La falla que despertó a los muertos vivientes del uribismoSemana: ¿Sin el conflicto con las FARC Colombia resuelve su problema más grande?D.P: Lo importante aquí es la relación que se ha tejido desde hace 35 años entre el narcotráfico y la corrupción institucional. Ese problema me parece más grave todavía que el del conflicto armado.Semana: Existe una división entre el campo y la ciudad, ¿cómo lograr que Colombia se reintegre?D.P: Está el proyecto previsto en el acuerdo agrario en cuanto modernización, construcción de infraestructuras, programas de sustitución de cultivos y programas de exportación, los cuales aportaran a esa reintegración.Semana: ¿Y la restitución de tierras?D.P: Una cosa son las decisiones jurídicas y otra la realidad, en donde se debe ver si los campesinos quieren y pueden regresar al campo. En este momento el peligro no es que las FARC se reintegren, sino que quienes tienen la tierra usen la violencia en contra de quienes la reclaman.Semana: Sectores del No argumentan que les van a quitar sus tierras legítimamente adquiridas…D.P: Me parece un argumento muy discutible. En el proyecto de ley se prevé muy poca expropiación de tierra y lo que realmente se busca es la recuperación de tierra obtenida ilegalmente o utilización de los baldíos.Semana: ¿Qué opina de la reinserción de los miembros de las FARC? ¿Qué hacer para que no ingresen en otros grupos al margen de la ley?D.P: Las FARC y el Gobierno están mucho más conscientes de los problemas que han ocurrido en otros procesos. El peligro es que los excombatientes vayan a engordar formas delincuenciales o grupos mafiosos, y creo que están muy conscientes de eso. Por esto, las FARC quieren mantener una presencia sobre los territorios. En mi opinión no es que quieran acaparar tierras, en cambio, buscan la manera de mantener control sin armas sobre los excombatientes.Semana: En los acuerdos está establecida la participación de jueces internacionales.D.P: Que haya participación de jueces internacionales puede ser útil para que tanto el Tribunal como la Comisión para la Verdad tengan un prestigio, una autoridad y una imagen que no se pueda tachar o criticar.Semana: ¿Cuál es la importancia de reconstruir la memoria histórica?D.P: Me parece muy importante. El punto de partida es que se conoce mucho de lo que ha pasado. Ya van a ver las publicaciones del Centro de memoria histórica, que es una fuente que no se puede comparar con ningún otro país que haya tenido un conflicto tan grande. Se conoce mucho y las mismas FARC están empezando por fin a reconocer responsabilidad en algunos casos.Semana: ¿Por qué es importante realizar el plebiscito?D.P: Es fundamental que haya reconocimiento y refrendación que le dé apoyo popular al acuerdo. Eso también pasa por la vía democrática. Me parece que el acuerdo que se ha firmado en La Habana tiene que estar refrendado de manera democrática, aunque sea difícil por los partidarios del No y los abstencionistas.Semana: ¿Usted cree que las penas concebidas en el acuerdo cumplen con la reparación y la justicia a las víctimas?D.P: Así se ha dado en muchos países con la aprobación de la justicia transicional, salvo para crímenes graves. Entonces se tienen que considerar los casos conocidos y condenarlos, pero aceptando penas especiales para que la gente se meta en la cuestión de la paz.