A Alejandro Gaviria no le disgusta llevar su precandidatura presidencial hacia la Coalición de la Esperanza, una convergencia de centroizquierda en la que él se siente representado ideológicamente y de la que hacen parte algunos de sus excompañeros de gabinete en el gobierno Santos, como Juan Fernando Cristo y Humberto de la Calle, quien encabezará la lista al Senado.
El exrector de Los Andes hizo méritos para hacer parte de la Esperanza, pero el precandidato Sergio Fajardo lo vetó por su cercanía con el expresidente César Gaviria, a quien considera un representante de la clase política tradicional. Alejandro Gaviria prefirió al expresidente Gaviria -su padrino político- y al oficialismo liberal y hace unas semanas le dijo adiós a la coalición en un discurso en el que se refirió a la superioridad moral de algunos de sus integrantes.
Gaviria y los protagonistas de la Coalición de la Esperanza se distanciaron, pero el escenario para que se vuelvan a sentar a conversar está dado: el cónclave que lidera el precandidato Juan Fernando Cristo con Íngrid Betancourt, el 27 o 28 de noviembre.
Mientras llega ese día, Alejandro Gaviria ha analizado distintas alternativas con las que podría hacer parte de una coalición de centroizquierda, sin dejar a un lado el Partido Liberal que promete apoyarlo con todas sus maquinarias políticas.
Una de ellas es que él asuma la dirección del Partido Liberal en reemplazo de César Gaviria porque en la Coalición de la Esperanza tienen claro que el problema es el expresidente más no el precandidato presidencial.
“En la Coalición de la Esperanza es bienvenido Alejandro Gaviria pero no cabe sino un solo Gaviria, no dos, ni mucho menos tres”, dijo en su momento Juan Fernando Cristo.
SEMANA conoció que el exrector de Los Andes sondeó en voz baja la opción de la dirección del partido con algunos dirigentes del oficialismo liberal y terminó inquietando a varios sectores cercanos a la casa Gaviria que, incluso, lo están llamando “desleal”. Congresistas le relataron ese episodio a este medio.
En realidad, Alejandro Gaviria no está planeando armar un golpe de estado contra el expresidente Gaviria, pero sectores cercanos al santismo sí se lo han planteado como un mecanismo para destrabar las rupturas en la centro izquierda, según le contó una fuente a SEMANA quien pidió reserva de su identidad.
El problema para Alejandro Gaviria es que César Gaviria es quien ha marcado sus pasos en política y en la vida pública, y más allá de eso tiene captadas las mayorías del Partido Liberal que hoy lo respaldan plenamente.