En el 2013, la Policía registró 109 casos de agresiones sexuales en el sistema de TransMilenio. Sin embargo, para diciembre del mismo año, solo había 31 capturas por los hechos. Adicionalmente, en enero de este año ocurrieron nueve casos de presunto abuso sexual a mujeres en ese transporte público. Frente a estas denuncias, las autoridades distritales decidieron implementar medidas de choque. Entre ellas, se encuentra una propuesta que despertó polémica ya que implica la asignación de vagones exclusivos para mujeres, o ubicar a las pasajeras en una sección de los articulados. Las reacciones no dieron espera. Tanto expertos como usuarios del sistema opinaron, por un lado, que era una medida “extrema, pero necesaria”, mientras otros la calificaron de “sexista” y resaltaban la importancia de la educación. Jairo Libreros, analista y profesor de la Universidad Externado de Colombia, opina que el plan piloto que se ejecutará entre el 7 de marzo y el 7 de abril es un mensaje positivo para un sector de la sociedad que con frecuencia es víctima de abusos. “Es una medida importante porque envía un mensaje de tranquilidad a un sector significativo del país que está indignado o ha sido víctima de este tipo de atropellos”, comenta. Libreros explica que las mujeres deben ser el foco de las políticas públicas que se generen para combatir este problema, de otro modo corren el riesgo de quedarse en el anuncio. “Si los servicios que se ofrecen no tienen a la mujer como foco, tocaría dividir en dos a TransMilenio y el tema no se agota ahí. La educación es una línea de estrategia, pero siempre generamos políticas públicas atendiendo la condición del victimario y no se enfoca en las mujeres”, señala. "No se puede esperar 10 años" Por su parte, Angélica Lozano, exconcejal y candidata a la Cámara por Bogotá de la Alianza Verde, afirma que no está de acuerdo con la división por sexos en el sistema a menos que sea temporal y se acompañe de otras medidas. “No es una solución definitiva, por el contrario, es una derrota para la sociedad. Esto se dio por unos casos dramáticos de mujeres que alzaron su voz y la gente no hizo nada, entonces es como decir que no están seguras si se mezclan con los hombres. Pero si es temporal y se complementa con otras acciones del Distrito, como rutas pedagógicas de denuncia; enseñarles los protocolos a los conductores, bachilleres, operarios, etcétera; y hacer campañas de cuestionamiento y cultura ciudadana, puede servir como un proceso social de cuestionamiento”. Lozano asegura, que no existen medidas de fondo para arremeter contra esta problemática en el corto plazo y que tampoco se trata de segregar a la población femenina. “No será por decreto ni con policías que se va a respetar a las mujeres. La medida (de los vagones) es opcional y voluntaria, si la mujer quiere ir en uno mixto, puede hacerlo. No se compara con el apartheid; pero tampoco se le puede decir a la gente que espere 10 años a que haya metro y se alivie el sistema. Aunque no me gusta, es lo que se puede hacer en el mediano plazo junto con mediciones y ajustes de comportamiento”. Andrea Carreño, politóloga e internacionalista de la Universidad del Rosario, cree que los esfuerzos del Distrito deben enfocarse en la educación y el respeto y que la disponibilidad de estos vagones puede ser un problema. “Ese tipo de comportamientos no se arreglan separando a los hombres de las mujeres. Eso es una solución temporal. Se necesita una política de educación, concientización y respeto hacia la mujer”. Carreño también opina que, frente al colapso del sistema, se debe evaluar la disponibilidad de vagones solo para mujeres y el aprovechamiento del espacio por pasajero. “El sistema colapsó y uno de los problemas es que no hay suficientes buses. ¿De dónde van a sacar más para las mujeres? Eso podría empeorar la situación porque, eventualmente, estos buses podrían ir desocupados. Lo importante es que las mujeres denuncien. Se debe recalcar el derecho a ser respetado, pero apartarnos en el bus es una solución superficial”, señala. Con respecto a este tema, la secretaría de la Mujer ha indicado que, adicionalmente a la división en los buses implementará medidas de reacción inmediata en los casos de agresiones sexuales y la incorporación de gestores de convivencia y solidaridad ciudadana. El gerente de TransMilenio, Fernando Sanclemente, señaló que el proyecto piloto que va desde el Portal de Las Américas hasta la estación Las Aguas, en un inicio, se implementará en las horas valle y si da buenos resultados, se extenderá a otras rutas, teniendo en cuenta la recepción de la población femenina. Además, la gerencia de TransMilenio reportó que, en cuanto a la seguridad, 250.000 policías profesionales reforzarán el sistema, y que la solicitud en total es de mil. Martha Sánchez, secretaria de la Mujer, le dijo a El Espectador que para el planteamiento se revisaron las experiencias de México “donde tienen buses rosados y también taxis para transportar a las mujeres en las noches". "Incapaces de controlarse" Esta medida también se ha tomado en Japón, donde hay vagones exclusivos para mujeres por las mismas razones que pregona el Distrito: las quejas de agresiones sexuales en los metros por parte de las pasajeras que se transportaban, por ejemplo, en el metro de Tokyo. El diario ADNPlus reportó que dichos vagones, que suelen estar situados en los extremos del convoy, se reservan para el uso exclusivo de las mujeres durante las horas pico del servicio. Según el artículo, existían grupos de hombres organizados para acorralar a las mujeres y poder tocarlas impunemente. Vagones de este tipo también pueden encontrarse en los metros de Nagoya y Ôsaka y son fáciles de distinguir porque son de otro color. Pero no solo en el metro se han tomado medidas de este tipo. En el caso de los taxis, en Tokyo, existe un servicio especial de vehículos conducidos por mujeres en horas de la noche. Por otro lado, en Chile, el tema se discutió en el 2007 con el inicio del Transantiago, luego de que se realizaran decenas de denuncias de mujeres que fueron acosadas mientras viajaban en el tren subterráneo. El sistema de tren subterráneo de Río de Jaeniro (Brasil) comenzó a utilizar vagones sólo para mujeres en el 2006, tras varias quejas de acoso sexual. El sistema funciona todo el día y no sólo durante las horas de mayor congestión. En el 2007, en el Distrito Federal de México 13 camiones urbanos comenzaron a operar sólo para mujeres. La decisión formó parte de la campaña 'viajamos seguras' en la que participó el gobierno del DF y el Instituto de las Mujeres de esa ciudad, e incluyó otras acciones como la instalación de videocámaras y agrupamientos especiales en el metro. El gobierno de Goiania, ciudad brasileña de más de un millón de habitantes, decidió por incorporar la medida en los buses públicos. El concejal Mauricio Beraldo, autor del proyecto, afirmó: “Las mujeres lindas de Goiania son asediadas sexualmente todo el tiempo en los buses repletos de hombres, quienes parecen incapaces de controlarse”.