La insistencia de la guerrilla del ELN de no dejar de secuestrar, pese al repudio que este delito genera en el país y que nuevamente se hizo evidente con el rapto de don Luis Manuel Díaz, papá del futbolista de la Selección Colombia, Lucho Díaz, con el argumento de que son una “organización pobre”, dio un coletazo, la Policía inició una gigantesca operación de rastreo y búsqueda de los bienes de esta organización criminal.

El director de la Policía, el general William René Salamanca, anunció que habrá una nueva ofensiva contra el ELN para quitarle los bienes adquiridos de manera criminal.

El anuncio y orden del general Salamanca, luego de las palabras de alias Antonio García, jefe máximo de la guerrilla, quien lanzó una frase cargada de cinismo cuando aseguró que la guerrilla era pobre.

“Todas las estructuras del ELN tienen la orientación de realizar operaciones militares para conseguir finanzas, pues no nos financiamos del narcotráfico, somos una organización pobre como la mayoría de los colombianos y no nos avergüenza”, fue la cínica respuesta de Antonio García, comandante de esta organización criminal, cuando el país reclamaba el cese de la práctica de ese delito.

Por eso el general Salamanca aquegó que “el tema del ELN a mí me corresponde cumplir con la Constitución y aquí hay una instrucción clara del Presidente de la República y es quitarle los bienes a la criminalidad y eso es lo que estamos haciendo con la Fiscalía de manera permanente”.

El robo de petróleo, otro de sus negocios criminales

La investigación de la Policía Nacional determinó que el hidrocarburo hurtado a Ecopetrol, y que le habría representado pérdidas en unos 60.000 millones de pesos en los dos últimos años, es extraído del oleoducto Caño Limón-Coveñas, en Norte de Santander, en donde, a través de la modalidad de barbacheo, que consiste en adaptar válvulas al tubo, el ELN lo robaba en está en zona de injerencia.

Según los investigadores de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), lo que hacen quienes se roban el crudo es pagarle un porcentaje a los guerrilleros del ELN, que custodian el área, para dejar extraer el hidrocarburo y, de esta manera, revenderlo a empresas legales y hasta al mismo Ecopetrol.