Un nuevo caso de inseguridad se presentó en Bogotá, en donde un ciudadano, que caminaba tranquilamente por el norte de la ciudad, fue víctima de la delincuencia. El transeúnte se ve desplazándose entre calles sin saber que estaba siendo seguido por un delincuente, quien esperó el momento exacto para raparle lo que parece ser el teléfono celular.
En la imagen del video de una cámara de seguridad del sector se observa cuando el ladrón le quita el elemento de valor a su víctima y sale corriendo hacia una motocicleta que lo estaba esperando. La víctima del atraco espera un par de segundos, se gira hacia donde el sujeto salió corriendo, emprende la persecución y acciona un arma de fuego.
En el video se puede observar cómo el presunto delincuente, luego de recibir los balazos, cae de la moto, mientras que su cómplice sigue adelante dejándolo a merced del ciudadano armado.
Sobre este caso se conoció el más reciente reporte de la Policía de Bogotá, que señaló que se abrió la respectiva investigación para conocer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrieron los hechos.
Según indicó el coronel Miguel Camelo, comandante encargado de la Policía en la zona norte, tan pronto se conocieron los hechos se designó un equipo de uniformados para que avancen en las pesquisas.
“En horas de la mañana, dos sujetos intentaron, al parecer, hurtar a un ciudadano que iba caminando por este sector (norte de la ciudad). Este ciudadano se resiste al hurto, saca un arma de fuego y dispara contra estos sujetos al momento de emprender la huida. En este momento nos encontramos analizando los videos de cámara de seguridad para lograr establecer quién fue la víctima de este posible hurto y obviamente determinar los motivos y las circunstancias de tiempo, modo y lugar de los hechos”, señaló el oficial.
Este caso recordó el ocurrido el año pasado, cuando un médico se resistió a un atraco y en medio de la circunstancia disparó en contra de tres presuntos ladrones arriba de un puente peatonal.
En su momento se conoció que los hechos sucedieron el 30 de enero, poco antes de las diez de la noche, cuando el profesional de la salud salió de su lugar de trabajo, ubicado en el norte de la ciudad, y se dirigió hacia su vivienda caminando.
La reconstrucción de los hechos relatan que el médico caminó a pie seis calles hasta el puente peatonal sobre la carrera 9 con calle 121, que conecta el sector empresarial de Usaquén con el barrio residencial de Santa Bárbara. A él le bastaba cruzar el puente para estar a dos de calles de su casa.
Pero cuando empezó a subir el puente divisó que un vehículo sedán blanco se acercaba con cautela. Aceleró el paso y logró ver que del vehículo se habían bajado tres hombres jóvenes, apurados y con apariencia intimidante. La zona estaba desolada y en penumbra.
En ese momento se dio lo que trascendió a la opinión pública: el doctor desenfundó un arma de fuego contra los tres maleantes que pretendían robarlo e incluso, posiblemente, secuestrarlo. El experto en temas de salud demostró que también era hábil con las armas de fuego y disparó contra los ladrones dejándolos fuera de combate.
Meses después, la Fiscalía General de la Nación decidió prelucir la investigación que se había abierto contra del doctor, que por su actuación generó una gran polémica en el país sobre el uso de las armas de fuego y si su caso se trataba de una situación de defensa personal o debía responder por los tres homicidios.
Del médico nunca se conoció la identidad, solamente que era una profesional de la salud reconocido en su gremio y que quizá su “pecado” fue dirigirse hacia su casa a pie pensando que la criminalidad no lo rondaría aquella noche.