Luego de la preocupación de los Estados Unidos por la política antidrogas de Colombia, en donde se ha visto disminuida la erradicación de cultivos ilícitos, el director de la Policía Antinarcóticos, el general Alejandro Zapata, anunció que la estrategia será reformulada.
“Tenemos claro cuál es la activadad que estamos haciendo. Primero el tema de erradicación con algunas comunidades, ya se han hecho acuerdos, y ya más de 5.653 hectáreas erradicadas este año, para el caso de la Policía, el día de ayer fue el día que más se erradicó, casi 98 hectáreas”, indicó el oficial.
Añadió que, “vamos a fortalecer la interdicción. Aquí hay que decir que tenemos 300 infraestructuras destruidas más que el año pasado, e indicar que hay que fortalecer la inteligencia para incautar el clorhidrato de cocaína. Lo que vamos a hacer es reformular la estrategia, estamos hablando de estos últimos días y la tendencia de la erradicación y la incautación es al alza”.
Así mismo indicó el general Zapata que la meta para la Policía, este año, de erradicación de cultivos ilícitos es de 21.000 hectáreas.
¿Inundados de droga? La erradicación de cultivos de coca ha caído un 87% durante este año; esta es la crítica situación
El Gobierno nacional parece estar bajando la guardia en materia de lucha contra el narcotráfico, principal combustible de la criminalidad. Por lo menos así lo demuestran las cifras del Ministerio de Defensa.
Según el reporte del propio Gobierno, las cifras de erradicación manual de cultivos ilícitos vienen cayendo en picada. Mientras entre enero y junio del año pasado, cuando aún estaba Iván Duque en el poder, se erradicaron 40.277 hectáreas de coca, bajo esta modalidad; en el segundo semestre del año, que corresponde en su mayoría al Gobierno Petro, la cifra cayó a 27.706, es decir 12.571 hectáreas menos, una caída del 31 %.
Lo más preocupante es que el panorama para este año parece no mejorar. Según el reporte del Ministerio de Defensa, mientras entre enero y mayo de 2022 se erradicaron 33.454 hectáreas de coca, en el mismo periodo de este año el reporte bajó a 4.511, es decir, una disminución del 87 %.
Una situación similar ocurre con la incautación de cocaína. Mientras entre enero y junio del año pasado se incautaron 362 toneladas, para el segundo semestre la cifra llegó a 289.1, una caída del 20 %.
Tal como ocurre con las hectáreas erradicadas, el panorama se pone más preocupante cuando se analiza la incautación este año. El país pasó de incautar 311 toneladas entre enero y mayo del año pasado a 256 en el mismo periodo de este año. Un bajón del 18 %.
El panorama es aún más diciente si se analiza lo ocurrido con la heroína, una sustancia que si bien no es el principal producto del narcotráfico, sí esconde detrás toda una estructura criminal. Colombia pasó de decomisar 240 kilos de heroína entre enero y mayo de 2022, a 133 en el mismo periodo de 2023, es decir un 45 % menos.
“Usted no desmantela esto si no es atacando las economías criminales. En el fondo, a la hora de la verdad, yo tampoco anticipo resultados positivos en ningún tema que tenga que ver con la ‘paz total’ si no hay una lucha frontal contra el narcotráfico en Colombia”, le dijo a SEMANA el fiscal general, Francisco Barbosa, en marzo de este año
Aumento del secuestro
Mientras hay un bajón en la lucha contra el narcotráfico, algunos delitos se han disparado en el país. Por ejemplo, según cifras del Sistema de Información de la Policía Nacional, 152 personas fueron retenidas ilegalmente entre el primero de enero y el 31 de mayo.
Si se analiza en detalle este dato y el periodo en el que ocurrieron los hechos, no se reportaba un alza de estas magnitudes desde 2012. En los primeros cinco meses de ese año, se cometieron 146 secuestros. Las zonas más afectadas por este flagelo son Antioquia, Norte de Santander, Cauca y Arauca, terrenos donde operan ampliamente las disidencias de las Farc, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el ELN.
Las ciudades capitales no son ajenas a este fenómeno. Hay un incremento en las denuncias en Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta. Allí, los responsables serían las organizaciones delincuenciales de carácter local. Aunque no hay una fórmula certera para evitar ser secuestrado, el Gaula cree que el autocuidado y la desconfianza son las fórmulas para mitigar los riesgos.
La mayoría de los secuestros en Colombia son extorsivos. Es decir, los criminales ponen precio a la vida de sus víctimas y calculan la cifra con base en su riqueza. Durante este 2023, lo mínimo que solicitan son dos millones de pesos y lo máximo son 10.000 millones. Las bandas urbanas son las que menos dinero piden porque necesitan la plata con prontitud, dado que tendrían poco apoyo logístico para sostener al rehén y podrían ser descubiertos rápidamente por las autoridades.
El Gaula ha identificado tres métodos. El más frecuente es el paseo millonario. Los ciudadanos se montan en un vehículo de servicio público, les suministran una sustancia química que los debilite o los amordazan para exprimir los ingresos de sus familias. Luego está el ajuste de cuentas: detienen irregularmente a una persona hasta solucionar un problema. Otro de los hallazgos es el falso servicio, que consiste en contratar a un profesional para cumplir con sus funciones en un domicilio y allí lo retienen.
Finalmente, las citas a ciegas. Los delincuentes están migrando a las aplicaciones digitales para conquistar a sus víctimas y pactar encuentros románticos en establecimientos comerciales. Cuando los tienen dominados, los llevan a lugares desconocidos.