En las últimas horas, expertos antiexplosivos de la fuerza pública desactivaron un carro bomba que había sido abandonado frente a la Estación de Policía de El Tarra, Norte de Santander.
El caso había generado serios cuestionamientos por parte de los habitantes de este municipio, que no entendían cómo las autoridades habían permitido que el automotor fuera abandonado con explosivos sin que nadie se diera cuenta y que, además, durara una semana parqueado en el sitio, representando un peligro para toda la comunidad.
Tras estas advertencias, al municipio fue enviado un equipo experto en el manejo y desactivación de explosivos para verificar la información, que confirmando lo que se hallaba dentro del vehículo.
Al hacer la respectiva verificación, determinaron que adentro había una importante carga de explosivos que habían sido organizados de manera artesanal.
Según el coronel Carlos Alberto Martínez Rodríguez, comandante del Departamento de Policía de Norte de Santander, la información de inteligencia que tenían era que se trataba de una trampa contra la fuerza pública y las disidencias de las FARC buscaban causar una grave afectación a los uniformados.
El oficial explicó que esta clase acciones terroristas son ejecutadas como venganza por parte de las estructuras ilegales armadas por los golpes que les han propinado con la incautación de toneladas de cocaína y la destrucción de laboratorios para la elaboración del alcaloide.
En medio del procedimiento para desactivar la carga explosiva, fue asesinado un soldado profesional que servía de escolta a los equipos antiexplosivos.
“En las últimas horas, tropas del Batallón Especial Energético y Vial N.º 21, mientras se encontraban realizando movimiento pedestre nocturno, en cumplimiento de tarea táctica de proteger segundo anillo de seguridad, para la desactivación de un posible vehículo cargado con explosivos en el municipio de El Tarra, Norte de Santander, uno de nuestros soldados fue atacado indiscriminadamente (sic) por un francotirador, al parecer integrante del grupo armado organizado residual (GAOr-E33)”, informó la Segunda División del Ejército.
La institución agregó que “en este cobarde ataque murió nuestro soldado profesional Néstor Eugenio Ajon Galindo. Este héroe de la patria, oriundo de Villagarzón, Putumayo, llevaba 4 años en la institución y contaba con varios reconocimientos por su desempeño en el área de operaciones. (…) Es de anotar que a nuestro uniformado, a quien de inmediato se le brindaron los primeros auxilios por parte de nuestros enfermeros de combate, no fue posible reanimarlo; perdió la vida de manera inmediata”.
El Frente 33 de las disidencias de las FARC, al que le atribuyeron este fallido atentado, es el mismo que, según agencias de inteligencia del Estado, planeó desde Venezuela el atentado contra la Brigada 30 y contra el presidente Iván Duque, en Norte Santander.
Esta facción, dicen las investigaciones, está bajo el mando de alias ‘John Mechas’, quien recibe órdenes directas de ‘Iván Mordisco’, delincuente que decidió apartarse del Proceso de Paz entre la extinta guerrilla de las FARC y el Gobierno colombiano.
Sobre esta facción de las disidencias, la Policía y las Fuerzas Militares aseguran que se había aliado con la guerrilla del ELN para cometer actos terroristas en el departamento. De igual forma, que realizan de la mano varios negocios de narcotráfico, control de rutas y minería ilegal.
Así mismo, autoridades han indicado en reiteradas ocasiones que varios exjefes guerrilleros de las FARC se encuentran refugiados en territorio venezolano con la cooperación de las autoridades del vecino país. Este sería el caso de alias ‘Iván Márquez’, ‘Romaña’ y ‘El Paisa’, quienes abandonaron el Proceso de Paz y retomaron el camino de la ilegalidad, como se ha visto en varios videos que se han hecho virales a través de las redes sociales.