Los detalles de la investigación que adelantó la Fiscalía y tras recibir la denuncia de la misma Policía por presuntos hechos de corrupción, involucró a uniformados de la estación de Fontibón, en el occidente de Bogotá. Se conocieron las pruebas que señalaban a los policías de recibir sobornos para permitir el tráfico de estupefacientes en las celdas de paso de esa estación.
Los sobornos entregados a los uniformados se hicieron incluso por medio de la plataforma Nequi, en la que recibían entre dos y tres millones de pesos mensuales solo por facilitar el ingreso de estupefacientes a las celdas que tenían por encargo vigilar.
“Se concertaron con los plumas de las celdas de paso y a cambio recibían pagos a través de la plataforma Nequi, todo con el objetivo de facilitar el tráfico de drogas como marihuana, cocaína, tusi, bazuco y pegante, en las celdas que tenía por obligación cuidar”, señaló la Fiscalía.
Los capturados fueron identificados como los patrulleros: Julio César Valencia Lenis, Andrés Felipe Ramírez Cepeda, Yéferson Gabriel Gaitán Díaz, Daniel Alfonso Puentes Flores, Carlos Julio Colmenares Luna y Cristian Mauricio Chamorro. La mayoría fueron capturados en las instalaciones de la Policía Metropolitana de Bogotá.
La Fiscalía aseguró que hasta pegante permitían los uniformados ingresar a las celdas con tal de facilitar el tráfico de estupefacientes, además de exigir sumas de dinero por supuestamente garantizar la seguridad de las personas que se encontraban allí detenidas y tras la amenaza de los llamados “caciques” en las celdas, que obligaban a los nuevos internos a pagar sumas elevadas de dinero.
“A cambio de coimas, permitió que se cometieron delitos al interior de la estación de policía Fontibón, como la compra de estupefacientes y amenazas a que eran expuestas las personas privadas de la libertad e hizo caso omiso para aprovecharse de estas circunstancias y lucrarse al recibir dineros. Vulneró la seguridad jurídica jurada al izar bandera cuando se convirtió en policía”, dijo la Fiscalía en la audiencia de imputación.
Los investigadores y la propia fiscal a cargo de la investigación aseguraron que los hechos confirmaron de qué manera los uniformados defraudaron no solo el uniforme, sino el compromiso que juraron al convertirse en miembros de la Policía Nacional, entre otros, garantizar la seguridad y prevenir la comisión de delitos.
“Usted es prueba fehaciente de que la corrupción de nuestra institución, principalmente la Policía, no solo atenta contra la transparencia, sino que puede llegar a afectar la dignidad e integridad de una persona que ha perdido la confianza en el estado social de derecho y en las instituciones”, dijo la fiscal.
Los hechos materia de investigación, de acuerdo con la Fiscalía, ocurrieron por más de un año, hasta que los mismos internos de las celdas de paso en la estación de Fontibón advirtieron lo que estaba ocurriendo y el propio comandante de esa localidad hizo las denuncias respectivas, confirmadas a través de las declaraciones.
“Compra y venta estupefacientes, las lesiones, las amenazas y agresiones a que eran sometidas las personas que estaban privadas de la libertad, entre otras conductas que usted debía reportar y denunciar, mas no hacer caso omiso y aprovechar para lucrarse exigiendo dinero. Es reprochable que para obtener dinero se vulnere de forma mordaz la seguridad jurídica, jurada por usted al ser policía”, dijo la Fiscalía.
La Fiscalía imputó, entre otros delitos, el de concierto para delinquir agravado y cohecho propio, recibir dinero para omitir las funciones que le fueron asignadas durante el servicio de vigilancia y custodia en las celdas de la estación de Fontibón.