SEMANA: ¿Con el atentado del ELN le aparece la seguridad, como tema bandera, al Presidente Duque? Jairo Libreros: Iván Duque necesita dos cosas. Primero, engancharse con el pueblo colombiano con un tema de política que no solamente lo identifique, sino que le permita reducir la polarización y ganar mayores niveles de gobernabilidad. Segundo, no caer en el pasado de la Seguridad Democrática, porque eso lo vincula con un pasado que genera sombras de autoritarismo y violación de los Derechos Humanos. Eso lo llevaría a ser un prisionero del ala extrema del uribismo. SEMANA: El debate de los protocolos, ¿cómo encaja en esos propósitos?… J.L: Ese debate elevó el nivel de exposición del Presidente en el plano nacional, pero lentamente se ha desinflado. La figura del jefe de Estado, además de ser una posición constitucional, está asociada a la confianza en que, quien la ejerce, va a cumplir con las reglas de juego. Desconocer los protocolos riñe además con el principio de legalidad que, según argumenta el mandatario, es eje de su Plan de Desarrollo. SEMANA: Pero en la encuesta de Yanhaas de la semana pasada, el Presidente pasó de 24 a 35 por ciento de imagen positiva. ¿fue ese aumento resultado de su mano dura? J.L: El atentado en la escuela de cadetes generó una oportunidad para que el Presidente mostrara su talante al momento de manejar asuntos de seguridad. Su discurso de mano dura responde a esa oportunidad y caló bien en un sector de la sociedad. Pero si no logra establecer una estrategia de política pública en seguridad ciudadana, que logre identificar a su gobierno,el repunte de la encuesta de Yanhaas se desvanecerá por la falta de gestión pública o por otro incidente de seguridad que afecte algún centro urbano. SEMANA ¿Es la mano dura, en el caso de un presidente de derecha, una política rentable? J.L: Discursivamente y en el corto plazo es muy rentable, pero Duque debe tener su propia estrategia de seguridad ciudadana, sin asociarla a la de seguridad democrática. Si lo hace, su estrategia corre el riesgo de convertirse en un lastre. SEMANA: En esta línea discursiva Duque afirmó que, se centraría en la "desmovilización individual de los miembros de los grupos armados organizados" ¿podría tomarse esto cómo un cierre definitivo a la posibilidad de negociar con grupos armados, como por ejemplo el ELN? J.L.: No, esto es más una estrategia que busca desarmar a los mandos medios de los grupos armados. Además, ha sido una que ha tenido bastante éxito y esta acorde con los lineamientos del derecho humanitario. SEMANA: Para finalizar, ¿cuál es el panórama que usted divisa en el futuro con la política de seguridad y defensa del Gobierno? J.L.: Es bastante desalentador. La negación de la actual realidad del país puede no dar los resultados esperados, e incluso, estos pueden terminar siendo negativos o de suma 0. La política de la seuridad democrática polariza, mientras que una que hubiera estado concentrada en la seguridad ciudadana habría generado más consensos.