Hoy no hay una mujer peleando en serio por la Presidencia de la República. Apenas un par de ellas están de precandidatas sin ninguna posibilidad real de disputarle esa posición a los hombres, que llevan más tiempo decidiendo los asuntos públicos.

La mujer ha ganado espacio en distintas esferas de la vida pública en Colombia los últimos años. Hoy hay más mujeres estudiando en las universidades, más mujeres en posiciones ejecutivas del sector privado, más mujeres líderes sociales, pero ese avance no se refleja en la política. Y menos en la campaña presidencial.

Como en todo el mundo, el derecho de las mujeres a elegir y ser elegidas en Colombia es reciente. Hace tan solo 67 años, por medio de una reforma constitucional, se logró otorgar derechos políticos al género femenino como resultado de una puja llena de altibajos en la que la religión y el machismo ejercían resistencia.

No fue hasta el primero de diciembre de 1957 que las mujeres se acercaron a las urnas y, desde entonces, se ha avanzado –cuesta arriba– para ganar terreno como sujeto de derechos políticos.

Para el periodo 2020-2023, si se compara con los hombres, las mujeres electas en gobernaciones y alcaldías fueron sustancialmente menos. Según los datos de las elecciones regionales de 2019, solo hay dos mujeres gobernadoras (6,25 por ciento) y 132 alcaldesas (12,01 por ciento).

Para estas elecciones el panorama de las encuestas apunta a que será la segunda elección consecutiva en la que no habrá mujeres apostando a conseguir el cargo máximo de Colombia.

Esto dista mucho de lo que fue la primera vuelta presidencial en 2014, la cual contó con la presencia de Marta Lucía Ramírez, avalada por el Partido Conservador, y Clara López Obregón, respaldada por el Polo Democrático y la Unión Patriótica. Y los apoyos en las urnas fueron significativos para ambas: 1.997.980 y 1.958.518 votos, respectivamente.

Marta Lucía Ramírez, Vicepresidenta de la República

También llama la atención el hecho de que, si se suma el sufragio depositado en ambas mujeres, superaría la marca de Óscar Iván Zuluaga, el primero en esa contienda.

En 2010, 2002 y 1998, Noemí Sanín logró importantes avances en materia de participación de mujeres en una elección presidencial. Incluso, en su primera aspiración alcanzó los 2.825.706 votos, que marca la mayor cantidad obtenida por una mujer en la contienda.

Noemí Sanín, Excandidata presidencial

Después de una buena racha en términos de avances en la carrera por la Casa de Nariño, podríamos estar frente a un estancamiento o retroceso que no ha permitido que Colombia tenga su primera presidenta.

¿Por qué no habrá mujeres en el tarjetón?

Las posibilidades de que una mujer suba a la presidencia en 2022 son escasas. En las tres coaliciones solo se cuenta de manera segura con dos precandidatas presidenciales: Francia Márquez y Arelis Uriana, en el Pacto Histórico.

Dilian Francisca Toro, de ‘la U’, podría ser la tercera, pero no está confirmada. Pero Francia Márquez y Arelis Uriana no tienen ninguna posibilidad en el Pacto Histórico, donde Gustavo Petro es el absoluto ganador.

Dilian, por su parte, es más reconocida que algunos compañeros de alianza, pero se debe enfrentar a fichas fuertes como David Barguil, Enrique Peñalosa, Federico Gutiérrez y Alejandro Char.

Lo más seguro, según las estimaciones preliminares, es que las aspiraciones femeninas sean borradas para fortalecer a un candidato masculino que las representaría en la contienda presidencial.

Según la senadora Paloma Valencia, quien fue precandidata del uribismo, las posibilidades de una mujer en el tarjetón desaparecieron con las aspiraciones femeninas en el Centro Democrático, personificadas en ella y María Fernanda Cabal.

“Las precandidatas que más opción tenían de ser candidatas eran las del Centro Democrático. Eliminadas estas posibilidades, realmente no habrá una candidata mujer en esta elección”, argumentó Valencia, en conversación con SEMANA.

Por otro lado, para la precandidata indígena Arelis Uriana, la carrera por la Presidencia aún no se define y existen posibilidades de que alguna de las opcionadas salga a relucir por encima de los hombres. “No todo está dicho, vamos por la Presidencia de la República. Vamos con más fuerza para llegar al cargo máximo”, aseguró la avalada por el Movimiento Mais.

Dilian Francisca Toro, quien aún no decide su paradero para 2022, dice que todavía hay que esperar a que se siga decantando el panorama para poder descartar una posible presidenta en las próximas elecciones. “Ahora tenemos mujeres aspirando a la Presidencia y aún no se ha votado. Esperamos este reconocimiento y que alguna mujer sea presidenta de esta nación”, anotó.

A pesar de que queda poco tiempo para revertir los pronósticos, también quedan los roles de vicepresidencia, los cuales podrían ocupar las mujeres en la actual contienda electoral.

Mujeres, ¿solo de ‘vices’?

En las elecciones anteriores, 6 de las 8 fórmulas de los candidatos a la Presidencia eran mujeres. Una de ellas, Marta Lucía Ramírez, logró ser la primera mujer en alcanzar el cargo en la historia de Colombia. A pesar de que este sea un gran paso en la materia, muchas mujeres en la política concuerdan en que no es suficiente para que se salden deudas históricas.

Clara López Obregón, excandidata a la Presidencia en 2014, reconoció que ese esfuerzo simbólico abre caminos y lo celebra, pero no ignora los aspectos negativos. “Ese simbolismo de poner a la mujer en un lugar subalterno, especialmente en lo público, es disminuir el volumen de su voz. Sin lugar a dudas, uno aspiraría a seguir avanzando no en los segundos lugares, sino en los primeros”, reflexionó, en conversación con SEMANA.

Clara López Excandidata presidencial | Foto: Juan Carlos Sierra

Toro concuerda en que existe evolución, pero lo ideal es el rol protagónico. “Hay algo de avance, porque antes ni se pensaba. Ahora, las mujeres estamos preparadas para ser presidentas. Ha habido un avance, pero no como quisiéramos”, resaltó.

La senadora Valencia considera que una vicepresidenta es un hito, pero el asunto no se puede estancar ahí. “Se necesita mucho más, un respaldo a las mujeres de forma más concreta. Creo también que las listas paritarias, que igualmente son símbolos, terminan por cambiar realidades políticas. Eso es lo que es importante”, indicó.

Así experimentan el machismo

López, una de las mujeres con más trayectoria en la política colombiana, dice que “estamos muy crudas” en el camino para alcanzar la igualdad anhelada entre hombres y mujeres en todos los campos de la vida, y la política no es la excepción. Además, anotó que el machismo no es un problema colombiano, ya que se vive en todo el mundo.

“Tenemos que trabajar en un cambio cultural más profundo. En el seno del hogar, el colegio y demás instituciones educativas. A las mujeres, todavía se les encauza hacia roles de sumisión y domésticos. A los hombres, roles de relevancia y en la esfera de lo público. Tenemos que hacer un esfuerzo muy grande por la igualdad”, señaló.

Uriana resalta que el machismo y la discriminación también viene de otras mujeres por la falta de sororidad. “Tenemos que revisarnos y hacernos autocrítica para ver si realmente nos estamos apoyando y si tenemos esa sororidad entre nosotras como mujeres”, propuso.

Valencia resalta los esfuerzos de su partido, el que llevó la primera mujer a la Vicepresidencia, para lograr la paridad. Sin embargo, confesó que aún existe el machismo. “Falta mucho espacio para la representación de las mujeres”, dijo.

En otro ángulo, identifica que en el electorado colombiano existe una “cultura machista que privilegia el liderazgo masculino”. Incluso, denunció prácticas de crítica, maltrato y estigmatización contra algunas figuras públicas.

Toro, por el contrario, dice que ha visto poco machismo en su larga carrera en lo público. “No he sentido exclusión por parte de los hombres, pero por supuesto sí existe en el país. Las barreras, la violencia política y demás dificultades. Estas barreras impiden que las mujeres ganen las elecciones”, comentó.

¿Qué falta?

La senadora Valencia cree que faltan al menos cuatro años para que una mujer llegue a la Presidencia. De paso, confía en que será su propia causa política. “Por lo menos cuatro años, con la ayuda de Dios y los colombianos”, expresó.

Al igual que la congresista, Uriana y Toro, quienes aún se encuentran en la contienda, no descartan que sea en esta oportunidad.

Sin embargo, la exgobernadora de Valle del Cauca recalcó que falta que las personas reconozcan el valor del aporte de las mujeres. “Que la gente vea el valor de la mujer en la política: consensos, lograr unir y llegarle a la gente con sensibilidad para solucionar los problemas. Uno siente que la gente no reconoce ese valor que tendría la mujer en la política siendo Presidenta”.

Clara López, por su parte, piensa que la bandera la llevará una mujer joven. “Puede no estar visibilizada, pero ya está trabajando”, dijo.

El papel de las mujeres es clave para que la política evolucione. Por eso, es necesario trabajar para que, más temprano que tarde, el país tenga una mujer en la Presidencia.