Este martes, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció a través de su cuenta de Twitter que después de haberse reunido con el Ministerio de Agricultura, la Gobernación de Cundinamarca y la gerencia de Corabastos se llegó a la decisión de que la central funcione solo al 35 por ciento de su capacidad para evitar que el brote de covid–19 siga creciendo. Fuentes que estuvieron en ese encuentro le confirmaron a SEMANA que se habló de la posibilidad de cerrar por al menos tres días la central de abastos, mientras se hacen jornadas de limpieza, de pedagogía y se toman pruebas de forma masiva. Esto no implicaría el desabastecimiento de la ciudad pues solo sería por un tiempo corto, pero ayudaría a evitar que el brote se siga esparciendo. Corabastos es un caso especial. Allí ya se han registrado varios contagios de coronavirus y las autoridades sanitarias han tenido que cerrar de forma temporal algunos locales para evitar que se propague el virus. Pero al parecer las medidas no han sido suficientes y es necesario hacer un esfuerzo mayor. De hecho, en María Paz, uno de los barrios que en teoría está cerrado, hay cientos de personas en las calles. Algunos incluso han salido a vender productos en las aceras porque aseguran que no tienen qué comer ni cómo pagar los arriendos. A estas zonas la alcaldía se ha comprometido a llegar con mercados o transferencias para que puedan cumplir la cuarentena. A la fecha la ocupación es del 29 por ciento. Claudia López señala que, si se llega a una ocupación del 70 por ciento, inmediatamente volvería a decretar una cuarentena obligatoria en la ciudad. Los estudios proyectan que, cuando se ocupen esas camas, tan solo en dos semanas el sistema estaría colapsado. De modo que “la gente no se moriría de covid-19, sino de la falta de atención”, advierte la mandataria de la capital del país.
Kennedy, donde se encuentra la central, se ha convertido en una de los lugares de Bogotá con más casos de covid–19. A corte de 11 de mayo ya se presentaban solo en esa localidad 841 casos de los 4.305 casos confirmados en la capital. Es tan crítica la situación que el sábado pasado empezó una nueva cuarentena en las UPZ Bavaria, Calandaima, Patio Bonito y Corabastos. En estos lugares los ciudadanos solo pueden salir por provisión de alimentos y medicinas, para denunciar algún tipo de violencia, para hacer algún trámite bancario o para pasear a la mascota. De hecho el fin de semana se vio cómo la mandataria de la capital recorría esas calles con megáfono en mano explicando las medidas a las que debían acogerse. "Hay un montón de gente trabajadora que ha tenido que salir y que se está exponiendo. Por eso en algunas zonas de Kennedy van a estar en cuarentena total porque tenemos que cuidar a esta población como un tesoro", agregó.
La alcaldesa Claudia López ha dicho en varias oportunidades que le preocupa el aumento de los casos en localidades donde la población es pobre porque sus dinámicas hacen que el contagio pueda ser mayor. Muchos de ellos siguen saliendo a trabajar para rebuscarse lo del diario, viven en lugares pequeños, hacinados. La mandataria reconoce que incluso esta población tiene un acceso más limitado a alimentos o a medicamentos. También ha dicho que ante la fexibilización para que algunos sectores salgan a las calles tendría dos indicadores en cuenta para que la ciudad entera vuelva a entrar en cuarentena: Si TransMilenio llega a superar el 35 por ciento en ocupación y si se llenan el 70 por ciento de las unidades de cuidados intensivos destinadas a pacientes con covid–19, que a la fecha son más de 600 y se espera llegar a 1.000. Los estudios proyectan que, cuando se ocupen esas camas, tan solo en dos semanas el sistema estaría colapsado.