Esta semana la agenda nacional va a estar en stand by pues todos los ojos estará puestos sobre la discusión de las objeciones en el Congreso. Aunque algunos ya dan su hundimiento como un hecho, este tema se ha convertido en un punto de honor para el Gobierno y, seguramente, el presidente no se quedará cruzado de manos. Luego del anuncio de Cambio Radical sobre su decisión de bancada de no apoyar las objeciones, las cuentas para el Ejecutivo no pintan nada bien. Incluso con el apoyo de ese partido la cosa estaba apretada. Sin embargo, el pasado ha mostrado que si se logra dilaciones todo puede pasar. Uno de los defensores más notorios de los acuerdos de paz entre el Estado y las Farc han sido el senador Roy Barreras. SEMANA habló con él para conocer sus predicciones sobre lo que se viene. Para el senador Barreras, el país está enfrentado a un debate terco y vacío que no tendrá consecuencias de fondo, mientras el Gobierno está perdiendo aire legislativo y tiempo valioso para gobernar. Sus cálculos apuntan a que las objeciones no pasarán en la Cámara de Representantes, donde independientes y oposición tienen mayoría. En el Senado la situación es diferente. Si bien con la decisión de Cambio Radical de no votar las objeciones, el Senado tiene mayor juego en el Gobierno. Si llegaran a pasar en Cámara, pero no en Senado, el mandatario tendría que sancionar la versión original de la estatutaria. Puede leer: Cambio Radical con el sartén por el mango en el tema de las objeciones Para el senador de La U, estas objeciones son una obsesión de Álvaro Uribe y están siendo usadas para exacerbar las emociones y obtener réditos políticos. Explica Barreras que los temas centrales que han sido presentados a la opinión pública, el tratamiento a los delitos sexuales o la situación de los militares, por ejemplo, ni siquiera hacen parte de las objeciones. El senador se muestra confiado de las mayorías y dice que el Gobierno, en el mejor de los casos, alcanzará a reunir unos 28 votos. De lo que pase esta semana en el capitolio, dependerá en buena medida el futuro de la gobernabilidad de Iván Duque.