El crimen que conmocionó a Colombia, el asesinato de la patrullera Luisa Fernanda Zuleta y su compañero, el subintendente Sergio Yépez Páez, en el departamento de Antioquia, ahora tiene un nuevo capítulo con la captura de quien fue su comandante, el mayor de la Policía, Darlinton Macías Trejos, comandante de la estación de Policía Yarumal, en el mismo departamento.

El oficial fue capturado por orden de la Justicia Penal Militar y el delito es la desobediencia. El reporte preliminar que conoció SEMANA indica que el mayor conoció las órdenes impartidas desde la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía respecto de los desplazamientos de los uniformados y aun así entregó órdenes a sus subalternos de manera contraria.

“Según los funcionarios, el oficial habría incumplido la orden de sacar las patrullas de cuadrante de manera conjunta, incumpliendo los protocolos de seguridad, situación que habría favorecido a los integrantes de estructuras delincuenciales para materializar el homicidio de los uniformados”, indica el reporte.

De acuerdo con los informes, las patrullas en esa zona del país debían desplazarse o estar integradas, como mínimo, por cuatro uniformados, en aras de garantizar la seguridad de los policías. Sin embargo, según ese reporte, el mayor autorizó que la patrullera Zuleta y el subintendente, salieran solos en los recorridos, lo que pudo motivar y facilitar el ataque armado.

El caso se convirtió en varias investigaciones: disciplinaria, penal y en la jurisdicción castrense, en esta última salió la decisión de capturar al oficial por el delito de desobediencia. El mayor será presentado ante los jueces de garantías en la Justicia Penal Militar y básicamente estrenará el nuevo sistema penal acusatorio en esa instancia.

Para esa jurisdicción, es claro que el oficial al mando del resto de uniformados no tomó las medidas de precaución y, al contrario, puso en riesgo a los hombres y mujeres a su cargo. Tomó decisiones que dejó vulnerable al personal, con los resultados que el país conoció y reprochó.

La Justicia Penal Militar recaudó material probatorio que incluyó declaraciones de otros uniformados y las condiciones propias de la zona donde ocurrió el asesinato de la patrullera y el subintendente. El resultado de esas verificaciones es que efectivamente se omitieron protocolos básicos o mínimos para garantizar la seguridad de los uniformados.

La captura del mayor, comandante de la Estación de Policía en Yarumal, Antioquia, responde justamente a esos análisis que adelantaron los fiscales de la Justicia Penal Militar tras concluir en la presunta responsabilidad del oficial en el delito de desobediencia. Una conducta penal que está únicamente constituida en la jurisdicción castrense.

La decisión de la Justicia Penal Militar no afecta en nada las otras investigaciones que se adelantan en la Fiscalía y en el escenario disciplinario, también contra el mayor. Aunque se parte de la presunción de inocencia, en la jurisdicción castrense el asunto parece más complicado para la oficial, pues justamente los documentos y las declaraciones indican que fue él quien dio la orden o autorizó a la patrullera movilizarse junto con su compañero.

Luego de las audiencias preliminares se sabrá cuál será el procedimiento en contra de la oficial, si continúa capturado o se le permite estar en libertad mientras avanza el proceso en su contra. Los hechos, que fueron altamente reportados por la comunidad, ahora dejan esta complicada situación para la oficial.